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Tarta de ricotta y peras


Tarta de ricotta y peras

Esta tarta es una excusa para gritaros ¡¡¡GRACIAS!!! Gracias por vuestros últimos comentarios, que no respondo a menos que me preguntéis dudas por falta de tiempo, pero que me hinchan el alma. Gracias por vuestros emails, que sí que respondo. Gracias por visitarme. Gracias por hacerme tan feliz y por darme tantas ganas para seguir haciendo y publicando tartas para vosotros. Gracias, muchas gracias por estar ahí. Ahora sí, la tarta.

Una crema de ricotta, crème fraîche y peras semiconfitadas entre dos capas finas de bizcocho de chocolate. Es la primera vez que uso la crème fraîche y me ha sorprendido muy gratamente. Es una nata fresca y espesa acidificada, lo que le da un sabor ligeramente ácido, para mi gusto mucho más sabroso que el sabor de la nata convencional. La he encontrado en Alcampo, de la marca President, y os la recomiendo. Pero, si no la encontráis, podéis sustituirla sin problema por nata convencional para montar.

El resultado final es una tarta muy ligera, poco dulce y muy fresca, ideal como postre tras una de esas comilonas típicas de reunión.

TARTA DE RICOTTA Y PERAS

INGREDIENTES (para un molde desmontable de 18 cm)

Para los círculos de bizcocho:

Para las peras semiconfitadas:

  • 250 g de peras, pesadas sin piel ni pepitas
  • 250 g de agua
  • 250 g de azúcar

Para la crema de ricotta:

  • 300 g de ricotta (o requesón: es lo mismo)
  • 300 g de crème fraîche
  • 4 hojas de gelatina
  • 40 g de azúcar glas
  • 2 claras
  • 75 g de azúcar glas
  • Cremor tártaro o unas gotas de zumo de limón.

Para las avellanas caramelizadas:

  • Avellanas tostadas y peladas
  • Azúcar

ELABORACIÓN

Para los círculos de bizcocho:

  • Se blanquean los huevos con el azúcar, batiendo con varillas durante 12-15 minutos (En Thermomix, con mariposa, 6 minutos, 37º, velocidad 3 y 1/2, y otros 6 minutos a la misma velocidad pero sin temperatura).
  • Se añade la harina y el cacao, tamizados, y se mezcla suavemente. (En Thermomix, 6 segundos en velocidad 3).
  • Se vierte sobre una bandeja de horno cubierta con un Silpat y se hornea a 180º durante 6:30 minutos (si vuestro horno es de aire; si no, tendréis que alargar la cocción 2-4 minutos más) .
  • Se saca del horno e inmediatamente, se vuelca la plancha sobre un paño fino húmedo, se retira el silpat, que habrá quedado arriba, y se enrolla la plancha de bizcocho junto con el paño. Pasados unos segundos, se desenrolla. Este paso no es imprescindible, pero a mí me gusta hacerlo porque así el bizcocho queda mucho más flexible y corre menos riesgos de romperse al manipularlo.
  • Se cortan dos círculos del tamaño del molde. Para ello, se pone el molde sobre la plancha y con un cuchillo recortamos por la parte exterior del molde (es mejor que sobre un poco a que falte).

Para las peras semiconfitadas:

  • Se pelan las peras y se cortan en dados, reservando un cuarto entero para decorar.
  • Se lleva a ebullición el agua y el azúcar y se añaden los trozos de peras y el cuarto con el que decoraremos.
  • Se dejan cocer durante 15 minutos, hasta que los trozos queden casi translúcidos.
  • Se escurren.

Para la crema de ricotta:

  • Se montan las claras, con el limón o el cremor tártaro (la punta de una cucharita), a punto de nieve. Cuando empiecen a montar, se añaden los 75 g de azúcar.
  • Se trabaja la ricotta con un tenedor hasta obtener una crema lisa.
  • Se hidrata la gelatina, se calientan 25 g de crème fraîche y se diluye la gelatina en ella. Y se añade a la ricotta, junto con las peras semiconfitadas.
  • Se monta el resto de la crème fraîche, junto con el resto del azúcar, y se añade a la ricotta.
  • Por último, se añaden las claras montadas.

Para las avellanas caramelizadas:

  • Se preparan las avellanas, clavándoles a cada una de ellas un palillo de dientes por la parte más gruesa, por el «culito».
  • Se prepara también el lugar donde las «colgaremos» boca abajo, para que caiga el caramelo y les forme el rabillo. Para ello usaremos un corcho o algún material similar donde se puedan clavar los palillos boca abajo sin riesgo de que se caigan y lo pondremos más
    alto de nuestra superficie de trabajo, por ejemplo en un mueble abierto sobre el fregadero. Para que el corcho se mantenga estable y no se caiga con el peso de las avellanas, se le puede poner peso encima (un cartón de leche, por ejemplo). Para evitar ensuciar, colocaremos debajo un papel de alumnicio o similar que vaya recogiendo el caramelo que gotee.
  • Se pone azúcar en un cazo y se hace con ella un caramelo oscuro, a fuego medio, sin dejar de remover.
  • Cuando alcance un bonito color oscuro (como el de la foto) se corta la cocción metiendo el culo del cazo en agua fría.
  • Cuando enfríe un poquito y tenga la textura del caramelo líquido Royal, se sumergen las avellanas e, inmediatamente, las colgamos en nuestro soporte.
  • Cuando enfríen, se recorta el rabito a la altura que se desee, se descuelgan, se les quita el palillo con cuidado y se reservan.
  • La humedad es el peor enemigo del caramelo. Nunca las metáis en el frigorífico. Guardadlas en una lata hermética.

Montaje y decoración:

  • Se pone un círculo de bizcocho en el molde, previamente engrasado, se vierte el relleno y se cubre con el otro bizcocho.
  • Se mete dos horas en el congelador y luego en el frigorífico durante unas horas, hasta el momento de servir. (Ojo, esta tarta no admite una congelación completa).
  • Se quita el aro, se espolvorea sobre la superficie azúcar glass, se coloca el cuarto de pera reservado y las avellanas caramelizadas.

Fuente: Le chou de bruxelles, con modificaciones.

Maria Lunarillos

Jiennensa de nacimiento pero tinerfeña de adopción (y corazón), me gusta encender el horno cuando viene lluvia, embadurnarme de harina mientras las gotas de agua golpean en la ventana y dejar que el olor a bizcocho y a tierra mojada impregnen juntos la casa. Soy compleja pero aspiro a ser simple, minimalista por dentro y por fuera. Y busco hacer lo mismo con mi cocina, para quedarme con lo más puro, lo más simple y lo más hermoso, porque la grandeza se esconde en los detalles más pequeños.