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Sándwiches de galleta


Sándwiches de galleta


Hay recetas que te transportan a la infancia. Al igual que a muchos de vosotros os sucedió con las manzanas de caramelo, a mí estos sándwiches de galletas rellenos de mantequilla me supone un viaje dulce a la niñez, pues rara era la reunión familiar en la que mi tía no las preparaba y yo las devoraba.

No era exactamente la misma receta,  he modificado alguna cosa y he convertido a gramos las cantidades de «a ojo«, «ya tú lo vas viendo«, «lo que pida» o «tantos vasos, pero vasos de la Nocilla«. Bueno, en algún caso he dejado la unidad de medida original para no desvirtuar del todo la receta. 🙂

No sé qué tienen las recetas de las madres, de las tías y de las abuelas que las hacen tan especiales, porque no es solo el amor que ponían (o ponen) en ellas. Es algo más; quizá la mezcla entre la sencillez de su preparación, la humildad de los ingredientes y tus ojos de niño mirando cómo las cocinaba, no desde arriba, sino desde abajo. Y es que verlas hacer con ese «a ojo» no parece sino magia.

Dicho todo lo anterior, sobra decir que estos sándwiches están… ¡mmmmmmmm!

SÁNDWICHES DE GALLETA

INGREDIENTES (para 15 sándwiches)

  • 30 galletas maría hojaldradas
  • 200 g de mantequilla salada
  • 100 g de azúcar glas
  • Leche (a ojo)
  • Coco rallado (ya tú lo vas viendo)

ELABORACIÓN

  • Se bate la mantequilla con el azúcar glass y se rellenan con esta mezcla las galletas (yo lo he hecho con ayuda de una manga pastelera).
  • Una vez formados los sándwiches, se sumergen 15 o 20 segundos en leche a temperatura ambiente, se escurren y se rebozan en coco rallado.
  • Se conservan en el frigorífico y están mejor de un día para otro.

Maria Lunarillos

Jiennensa de nacimiento pero tinerfeña de adopción (y corazón), me gusta encender el horno cuando viene lluvia, embadurnarme de harina mientras las gotas de agua golpean en la ventana y dejar que el olor a bizcocho y a tierra mojada impregnen juntos la casa. Soy compleja pero aspiro a ser simple, minimalista por dentro y por fuera. Y busco hacer lo mismo con mi cocina, para quedarme con lo más puro, lo más simple y lo más hermoso, porque la grandeza se esconde en los detalles más pequeños.