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Vasitos de crema de arroz con leche


Vasitos de crema de arroz con leche

Estos vasitos de crema de arroz con leche son muy fáciles de hacer y quedan muy bien para un postre o una merienda cuando tienes invitados en casa, tanto por su sabor como por su presentación. La mermelada a la pimienta rosa va muy bien con la crema de arroz y los bizcochitos de canela le dan a la crema el toque de canela que tanto caracteriza al arroz con leche.

La receta de lo que llamo «bizcochitos de canela» en en realidad la receta de los snickerdoodles de El rincón de Bea (¡gracias, Bea!). Son deliciosos, crujientes por fuera, tiernos por dentro y con un sabor muy rico. Yo los he hecho en versión miniatura y ¡han volado!

La receta del arroz con leche es la receta del libro básico de la Thermomix. A mí me encanta esa versión de arroz con leche, muy meloso y sabroso. Pero cada uno tiene su versión favorita y para esta receta vale cualquiera: se trata simplemente de batir el arroz con leche. Eso sí, ¡¡arroz con leche, no leche con arroz!! O en vez de crema tendremos… ¡batido!

VASITOS DE CREMA DE ARROZ CON LECHE

INGREDIENTES

Para el arroz con leche:

  • 1,5 litros de leche entera
  • 200 g de arroz redondo
  • La piel de 1 limón
  • 1 rama de canela
  • 230 g de azúcar
  • 60 g de mantequilla

Para los bizcochitos de canela (snickerdoodles):

  • 125 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 110 g de azúcar +  2 cucharadas extra
  • 1 huevo ligeramente batido (yo no tenía huevos enteros y puse dos claras)
  • 250 g de harina
  • 1/2 cucharadita de nuez moscada
  • 3/4 cucharadita de levadura Royal
  • 1 pizca de sal
  • 2 cucharaditas de canela en polvo

Además:

ELABORACIÓN

Para el arroz con leche:

  • Se pone la mariposa, y se echa en el vaso la leche, el arroz, la piel del limón y el palo de canela. Se programa 45 minutos, 90º, velocidad 1. (Por el método tradicional, habría que cocerlo en una olla, sin que llegue a hervir, durante 45 minutos, removiendo de vez en cuando y tapado cuando sea posible).
  • Cuando acabe el tiempo, se añade el azúcar y la mantequilla. Se programa 10 minutos, 90º, velocidad 1. (Por el método tradicional, otros 10 minutos removiendo sin parar).
  • Se retira la piel del limón y el palo de la canela, así como la mariposa, y se bate a velocidad 8 durante 1:30 minutos. (Los que lo hagáis por el método tradicional, batid con batidora hasta que esté muy fino).
  • Se deja enfriar.

Para los bizcochitos de canela (snickerdoodles):

  • En un bol se mezcla la harina tamizada, la sal, la levadura y la nuez moscada.
  • Aparte, se bate la mantequilla y el azúcar hasta que se convierta en una crema suave y esponjosa.
  • Se añade el huevo batido poco a poco mientras se sigue batiendo (en mi caso, las dos claras).
  • Se va añadiendo la harina sin dejar de batir hasta que obtengamos una masa homogénea. (Lo ideal es hacer este proceso en un robot de cocina como KitchenAid o Thermomix: en velocidad 6. Si no, al final habrá que amasar un poco a mano.)
  • En un plato se mezclan las 2 cucharadas de azúcar con las 2 cucharaditas de canela.
  • Se hacen bolitas del tamaño de una avellana y se rebozan por esta mezcla.
  • Se hornean a 200º durante 10 minutos o hasta que aparezca en alguna de las galletas una primera grieta en la parte superior (en ese momento, están hechas).

Además:

  • Se derrite un poco de chocolate y, con ayuda de un pincel de cocina, damos unos brochazos en el interior de los vasitos. Dejamos secar un poco.
  • Se vierte una cucharada de mermelada en el fondo de los vasos, y, sobre esta, un poco de crema de arroz con leche.
  • Se colocan unos bizcochitos de canela sobre la crema, y se adorna con algunas pimientas rosas y unas astillas de canela.

Maria Lunarillos

Jiennensa de nacimiento pero tinerfeña de adopción (y corazón), me gusta encender el horno cuando viene lluvia, embadurnarme de harina mientras las gotas de agua golpean en la ventana y dejar que el olor a bizcocho y a tierra mojada impregnen juntos la casa. Soy compleja pero aspiro a ser simple, minimalista por dentro y por fuera. Y busco hacer lo mismo con mi cocina, para quedarme con lo más puro, lo más simple y lo más hermoso, porque la grandeza se esconde en los detalles más pequeños.