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Receta de pan casero sin amasado


Receta de pan casero sin amasado

Siempre recordaré la primera vez que intenté hacer pan casero: tenía unos 12 años y ya por aquellos entonces me picaba el gusanillo de la cocina. Mucho ha llovido desde entonces y he cocinado mucho, pero que mucho. Una de las cosas que más me han atraído siempre y con las que más problemas he tenido ha sido el pan. Y por eso mismo, porque me llamaba mucho la atención eso de conseguir hacer un buen pan casero, me he encabezonado probando esto y lo otro hasta dar con mis recetas favoritas.

Hoy en día cuento con un buen número de ellas, unas más fáciles y otras más complicadas; unas más laboriosas y otras menos. Lo que tienen en común todas ellas es la poca cantidad de levadura y tiempos de fermentado muy largos. Para mí el punto clave del pan casero está ahí.

Por supuesto esta receta es una de tantas. El mundo del pan es tan amplio que nos harían falta días, semanas y meses para explicarlo. Por el momento, esta es una receta de pan casero ideal para empezar a acercarse a este mundo maravilloso o, para los que ya lo hagáis en casa, para aquellas ocasiones en las que se quiere disfrutar de un buen pan sin mucho esfuerzo. ¡Espero que os guste!

Pan sin amasado en cocotte

Ingredientes:

Elaboración:

  • En un bol grande mezclamos las harinas y la levadura. Mezclamos bien con una cuchara. Incorporamos la sal y mezclamos de nuevo.

pan sin amasado

  • Empezamos a añadir el agua y mezclamos. Obtendremos una masa muy suave; no pasa nada si los ingredientes no están perfectamente incorporados. Dejamos la masa en el bol, cubrimos con film transparente y dejamos reposar a temperatura ambiente durante 10-12 horas. Lo mejor es hacerlo el día de antes y dejarlo reposar toda la noche. En verano, con el calor, el tiempo de reposo puede ser menor, de unas 8-10 horas, depende también de la cantidad de levadura que utilicemos. Si queremos utilizar menos tendremos que aumentar las horas de reposo.

pan sin amasado

  • Al día siguiente la masa habrá crecido mucho y tendrá un aspecto burbujeante. Enharinamos  una superficie con abundante harina y, con la ayuda de una rasqueta, pasamos la masa a encima de la mesa. El uso de la rasqueta no es imprescindible pero ayuda mucho ya que con ella evitamos manipular demasiado la masa.

pan sin amasado

  • De nuevo nos ayudamos con la rasqueta para realizar algunos pliegues a la masa. Recogemos los bordes hacia el centro y formamos una bola.

pan sin amasado

  • La idea es la de formar un atillo. Damos la vuelta a la masa dejando los pliegues en la parte de abajo. Encendemos el horno a 250ºC y ponemos la cocotte dentro a calentar con su tapa. Mientras tanto espolvoreamos la superficie de la masa con harina, la cubrimos con un paño y la dejamos reposar mientras el horno se calienta.

pan sin amasado

  • Sacamos la cocotte del horno, la abrimos y metemos dentro la masa, con mucho cuidado de no quemarnos. Tapamos y metemos en el horno durante 15 minutos. Pasado este tiempo destapamos y dejamos cocer el pan, bajando la temperatura a unos 210ºC durante 40-45 minutos. Sacamos el pan de la cocotte y dejamos enfriar en una rejilla.

pan sin amasado

El uso de la cocotte en esta receta es importante pero no fundamental. Cocer el pan en la cocotte tapada da al pan la humedad necesaria pero, si no disponemos de ella, podemos realizar esta receta igualmente utilizando una bandeja de horno o una piedra. En este caso introduciremos en el horno dos bandejas: una en la que se cocerá el pan y la otra, una bandeja con el borde alto, debajo. Calentamos el horno a 250ºC con las dos bandejas, ponemos la masa en la de arriba y vertemos medio vaso de agua en la de abajo, cerramos el horno y dejamos cocer durante 15 minutos, como con la cocotte. Pasado este tiempo, abrimos el horno, sacamos la bandeja con el agua, bajamos la temperatura del horno a 210ºC y terminamos la cocción durante 40-45 minutos.

Alicia

Granaína de nacimiento y milanesa de adopción. Estudié traducción como quien no quiere la cosa y acabé dedicándome "oficialmente" a la secretaría de dirección. En mis ratos libres me convierto en cocinera y fotógrafa gastronómica y cuento todo lo que hago y como en mi blog A mí lo que me gusta es cocinar. Mi pasión por la cocina nació en mi casa de la mano de mi madre y mi abuela, la locura total vino cuando conocí a mi marido y me mudé al país vecino que me acoge desde finales del 2005. Adoro un buen plato de pasta pero nada me frena ante recetas orientales, dulces americanísimos o tapas al más puro estilo España cañí.