Tarta de crema y frutas frescas
La tarta de crema y frutas frescas es un clásico de la primavera y el verano, una combinación ganadora se mire como se mire. ¿Qué otra cosa puede ser una tarta con base de masa quebrada, relleno de crema pastelera y cobertura de jugosos trozos de fruta fresca? Pues lo dicho, la bomba.
Esta tarta tan primaveral solo requiere que sepáis hacer la crema pastelera. Y si además hacéis la masa quebrada en casa con nuestra receta, el resultado será exquisito. Os lo digo yo.
La elección de las frutas frescas la dejo a vuestro libre albedrío. He usado frutas rojas porque son vistosísimas y la tarta queda preciosa con ellas, pero se pueden usar perfectamente gajos de naranja mezclados con gajos de pera, por poner un ejemplo. Siempre hay que acabarla con un baño de algún tipo de gelatina, no solo para dar brillo, sino para que las frutas no se resequen.
Receta de tarta de crema y frutas
Ingredientes:
Masa quebrada
- 150 g de harina de repostería
- 75 g de mantequilla fría
- 1 huevo mediano
- 30 g de azúcar glas
- Una pizca de sal
Crema pastelera
- 1/2 l de leche
- 1 vaina de vainilla
- 125 g de azúcar
- 40 g de fécula de maíz (maicena)
- 4 yemas de huevo
- Un chorrito de ron
Acabado
- Frutas variadas al gusto, enteras si son pequeñas, o en gajos
- Medio sobre de gelatina neutra en polvo (3 g aprox.)
- 250 ml de agua
- Un chorrito de kirsch
Elaboración:
- Empezamos por elaborar la masa quebrada, aunque también podemos usar una lámina de masa quebrada comprada, claro está. Cuando haya reposado la estiramos en la forma del molde que vayamos a usar, que puede ser redondo o rectangular como el de la foto. Yo lo hago encima de un plástico o un papel de hornear para luego darle la vuelta sobre el molde cómodamente, pero igualmente se puede hacer directamente sobre la encimera ligeramente enharinada y usar el propio rodillo para trasladar la masa.
- Usaremos un molde de base desmontable. Asentamos bien la masa sobre el molde, que estará engrasado y enharinado, pegando la masa a las paredes. Con un cuchillo cortamos la masa sobrante.
- Pinchamos todo el fondo de la masa con un tenedor para que no se hagan burbujas al hornearla. En este punto podemos meter la masa en el congelador 30 minutos; el congelado ayuda a que no se levante ni se retraiga. Mientras tanto calentamos el horno a 180 ºC.
- Cuando el horno esté listo ponemos un papel de hornear sobre la masa, lo llenamos de legumbres para que pesen y cocemos la base de la tarta en vacío (ni en blanco ni a ciegas…) durante 25 minutos, hasta que los bordes empiecen a verse dorados. Dejamos templar con las legumbres encima.
- Mientras la masa se enfría podemos hacer la crema pastelera, que se prepara enseguida, con la única variación de agregarle un chorrito de ron al acabar de cuajarla.
- Cuando esté lista la dejamos templar un poco, tapada, y luego la distribuimos encima de la base. No debemos llenar la tarta de crema hasta el borde, hay que dejar un poco de espacio para las frutas. Alisamos con una espátula y dejamos enfriar del todo, tapando con un plástico para que no forme costra.
- Cortamos las frutas, si procede, y las vamos colocando a nuestro gusto sobre la crema pastelera. Cuando hayamos cubierto toda la tarta preparamos una gelatina para dar brillo a las frutas.
- Medimos el agua fría y la ponemos en un cazo. Tomamos tres o cuatro cucharadas de agua y las ponemos en un bol con la gelatina en polvo para que se hidrate cinco minutos. Mientras tanto llevamos a ebullición el agua del cazo. Cuando la gelatina esté hidratada la vertemos en el agua hirviendo y apagamos el fuego. Agregamos el chorrito de kirsch y dejamos enfriar casi hasta temperatura ambiente, removiendo de vez en cuando y vigilando la consistencia. Veremos que va cogiendo cuerpo.
- Sacamos la tarta del molde con cuidado, dejándola sobre la base del molde para poderla manipular sin romperla, la ponemos sobre una rejilla y la pincelamos con la gelatina, que deberá estar algo espesa, pero manejable. La pintamos bien, intentando que no queden huecos sin cubrir.
- Una vez bien pintada la tarta la metemos en el frigorífico por lo menos una hora para que la gelatina acabe de asentarse.
- Veréis que hice un coulis con las frutas que me sobraron para acompañar a la tarta. No hay más que cortar las frutas y cocerlas despacito con algo de azúcar en su propio jugo, no más de 10 minutos. Luego se pasa el puré obtenido por un pasapurés y listo.
Aunque me esté mal el decirlo, esta tarta estaba de muerte. ¿Por qué? Porque una buena masa quebrada y una crema pastelera caseras, aromatizadas como es debido y hechas con cariño tienen un sabor incomparable. Debéis probar ya esta tarta de crema y frutas frescas. No me lo agradezcáis, este consejo es gratis.