Tarta de creme brulée
La creme brulée es un postre clásico francés similar a unas natillas densas y cuya superficie se carameliza antes de servirlo. Pues nosotros hemos hecho una tarta de creme brulée, usando esta rica preparación como relleno de una base de masa quebrada. El resultado es fantástico.
La creme brulée se asemeja a la crema catalana en que es una crema de yemas y se acaba con caramelo en la superficie. La cuestión es que la llamemos como la llamemos está deliciosa y la combinación con la masa quebrada es una gran idea, sobre todo si es casera. La receta que hemos usado está inspirada en esta. La crema es en este caso un poco más densa y cuajada que la receta tradicional, para que se pueda cortar y servir con mayor comodidad.
Como en todos los postres sencillos, la diferencia entre que esté aceptable y esté magnífico reside en unos buenos ingredientes, así que en mi opinión esta tarta estará mucho más rica si preparáis vuestra propia masa quebrada. No me canso de recomendarlo. Lo sé, soy tan pesadita como una madre.
Receta de tarta de creme brulée
Ingredientes:
Masa quebrada casera
- 250 g de harina de repostería
- 125 g de mantequilla fría
- 60 g de agua helada
- Un pellizco de sal
Relleno de creme brulée
- 350 g de nata líquida (mínimo 35% de grasa)
- 150 g de leche entera
- 75 g de azúcar
- Un pellizco de sal
- Un palo de canela
- 100 g de yemas (unas 6 yemas)
- Tres o cuatro cdas. adicionales de azúcar para el caramelizado
Elaboración:
- Si hacemos la masa quebrada casera, seguiremos los pasos indicados en nuestro artículo sobre cómo hacer masa quebrada.
- Tanto si la masa quebrada es casera como si es comprada, la tenemos que cocer previamente en el horno antes de poner el relleno. Para ello la estiramos con el rodillo sobre la encimera enharinada hasta que sea capaz de cubrir nuestro molde.
- Asentamos la masa sobre un molde de fondo desmontable que habremos engrasado y enharinado previamente. El molde cuadrado que he usado equivale a uno redondo de 24-25 cm. Si usáis nuestro molde rectangular tendréis que aumentar las cantidades en un 20%. Cortamos el sobrante con un cuchillo y pinchamos el fondo a conciencia con un tenedor. Metemos el molde en el congelador por lo menos una hora.
- Cuando la masa esté congelada, la sacamos, le ponemos encima un papel de hornear y la rellenamos con legumbres para que pesen y la masa no se abombe en la cocción. Cocemos la base unos 25 minutos a 180 ºC.
- La sacamos a enfriar a una rejilla, quitándole las legumbres en cuanto podamos manejarlas sin quemarnos.
- Ahora preparamos el relleno de creme brulée. Ponemos en un cazo la leche, la nata y el palo de canela. Llevamos a ebullición y dejamos aromatizar un minuto, tapadito.
- En un bol batimos las yemas con el azúcar y la sal, hasta que espumen un poco.
- Agregamos un chorrito del líquido caliente, sin parar de batir con unas varillas para que no se cuajen las yemas. Seguimos añadiendo chorritos de líquido caliente sin dejar de batir, hasta haberlo añadido todo.
- Ponemos el molde con la base sobre una bandeja de horno y lo metemos en el horno caliente a 145 ºC (sin aire). Antes de cerrar la puerta vertemos la mezcla del relleno y cerramos el horno con cuidado.
- Cocemos la creme brulée 35-40 minutos, hasta que al mover la tarta se aprecie que está cuajada en toda su superficie y el relleno apenas se mueve. La dejamos enfriar sobre una rejilla, primero con el molde hasta que esté templada, y sin el molde hasta que enfríe por completo.
- Por último, espolvoreamos de azúcar la superficie y la quemamos con un soplete de cocina hasta que se forme una fina capa de caramelo. Una advertencia: el caramelizado de la superficie debe hacerse siempre en el último momento antes de servir la tarta, pues con el tiempo se va disolviendo en el relleno y deja de estar crujiente.
El resultado es una tarta suave y con un sabor excelente, además de bonita, ¿no os parece? Esta tarta de creme brulée seguro que pasará a formar parte de vuestro fondo de armario recetil.