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Receta fácil de galletas de avena


Receta fácil de galletas de avena


Como ahora el otoño nos lo permite estamos abusando un poco del horno, pero la verdad es que merece la pena calentarnos el paladar con cosas ricas como esta receta fácil de galletas de avena que os proponemos. Son sencillas, rústicas y las podréis hacer junto con los más peques de la casa.

Esta receta estaba completamente perdida en mi baúl de los recuerdos por lo que tuve que recurrir a la tía Lucy para volver a completar el repertorio de galletas que ella y mi madre preparaban en esta temporada del año, junto con unas trufas de ron, unas galletas de almendras, otras de naranja, otras de dátiles, etc.

Los ingredientes son básicos para cualquier receta de galletas, pero llevan en su pasta el toque de los copos de avena que le imprimen mucho sabor y hacen que se conviertan en el pecado más buscado en la alacena de casa, sobre todo por los más peques.

No os lo penséis mucho, embaucadles, atadles el mandil y hornead estas ricas galletas junto a ellos y ya nos contaréis… ¿Quién de pequeño,  no se ha podido resistir a un bote repleto de ricas y crujientes galletas?

Receta de galletas de avena:

Ingredientes:

  • 225 g de mantequilla en pomada
  • Un par de pizcas de sal
  • 140 g de de azúcar glas
  • Un huevo
  • 1/2 cdta. de vainilla
  • 200 g de harina
  • 200 g de avena

Elaboración:

  • Calentamos el horno a 160º C. y preparamos una bandeja de horno con una hoja de silicona o con papel de horno.
  • Ponemos la mantequilla en el vaso del robot de cocina y la batimos unos segundos con la pala, a velocidad media.

batimos la mantequilla

  • Añadimos el azúcar glas y continuamos batiendo.
  • Echamos el huevo  y la cucharadita de vainilla sin dejar de batir.

añadimos el azúcar y el huevo

  • Añadimos la harina hasta que el huevo y la vainilla se hayan incorporado completamente a la masa.
  • Agregamos la avena y mezclamos hasta que tengamos una masa homogénea. Dejamos reposar un par de minutos.

añadimos la harina y la avena

  • Formamos pequeñas bolas con ayuda de dos cucharas, las ponemos sobre la hoja de silicona y las aplanamos (seis centímetros de diámetro aproximadamente). Procurad que no queden muy juntas.
  • Horneamos durante 10 o 15 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes.
  • Retiramos del horno, las dejamos reposar durante 10 minutos en la misma bandeja y luego las pasamos a una rejilla para que enfríen.

formamos y horneamos

¿A que os apetece hincarles el diente a todas? Yo desde luego no he podido resistirme y he acabado con toda la bandeja de estas crujientes galletas de avena en un pispás… ¿Os vais a resistir a la tentación?
Receta fácil de galletas de avena

Algunos consejos útiles:

  • Podemos moler una cuarta parte de la avena, pero la gracia es encontrarnos con los copos aplanados así que os recomendamos que no os liéis a molerlos tanto.
  • Podemos añadir un puñado de pasas o de dátiles troceados a la masa, o incluso tropezones de chocolate, seguro que os gustará.
  • Podéis hacer una mitad con avena cruda y otra con avena tostada. El sabor a avena tostada es muy agradable, pero esto como casi todo en la vida va en gustos.
  • La receta original no lleva sal, pero a nosotros nos gusta el sabor que tiene la avena con un pequeño toque salado.
  • Cada bola de masa pesaba aproximadamente 35 gramos y las extendimos unos seis centímetros de diámetro. Con el calor del horno las galletas se extenderán más.
  • Las orillas de cualquier tipo de galletas siempre se tiende a dorar antes que el resto. Controlad la temperatura y, si veis que se están dorando demasiado las orillas, subid las galletas a un nivel superior en el horno o poned una bandeja grande en la base del horno, mejor si es boca abajo para generar una cámara inferior de aire, para que el calor no sea tan fuerte.
  • Con estos ingredientes os saldrán 20 galletas aproximadamente.

Raúl

La cocina y la fotografía han sido, desde que era muy pequeño, dos de mis grandes pasiones. Disfrutaba en casa destapando las cazuelas en las que hervían los guisos y, apenas con seis años de edad, empecé a saborear la primera cámara que mis padres me regalaron por Navidades. Había que estudiar algo "respetable" y "serio", y mis primeros estudios se encaminaron a cursar la carrera de arquitectura. Ya con el título en la mano, y después de trabajar durante un tiempo en arquitectura -y con la familia contenta-, decidí aprender cocina y fotografía en profundidad. Aprendí de grandes maestros en ambos campos y todavía sigo haciéndolo. En la actualidad mezclo recetas, técnicas e historias de cocina con fotografía en El Oso con Botas.