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Tsoureki. Pan griego de Pascua


Tsoureki. Pan griego de Pascua

El tsoureki, pan griego de Pascua, es uno de tantos panes que en Semana Santa se preparan con huevos incrustados en la masa. Esto de poner huevos en los dulces significa lo mismo en distintas culturas: es un símbolo del renacimiento de la vida con la llegada del equinoccio de primavera, que coincide aproximadamente con la Pascua cristiana.

Asimismo, en la España cristiana el domingo de Resurrección se rompía la prohibición de comer huevos que reinaba en la Cuaresma, otra razón para que se celebrase con bollería repleta de huevos, así podían atracarse. Ahora no podemos por el colesterol.

Pero basta de elevar el nivel del blog con estos comentarios culturales. Lo que nos interesa es que el tsoureki es una masa enriquecida bastante corriente y muy similar a la del roscón de Reyes, por ejemplo. Este pan lo vamos a hacer por el método directo, es decir, sin preparar un fermento previo con una parte de la harina, como hacemos con otros panes. Mezclaremos todos los ingredientes de una vez.

La versión original de este bollo griego (tomada de aquí) lleva dos ingredientes que no hemos añadido porque no son muy fáciles de encontrar: la almáciga o mástique, resina del lentisco, y el mahleb, el hueso triturado de una especie de cereza. En cualquier caso, la receta solo lleva un pellizco de cada uno. Viviremos sin ellos.

Receta de Tsoureki

Ingredientes:

Elaboración:

  • Empezaremos por cocer los huevos con el colorante rojo. Ponemos el agua y una buena dosis de colorante, hasta que se tiña bastante. No os digo cantidades porque cada colorante es distinto y depende del que utilicéis. Una vez cocidos los huevos añadís algo de agua fría para cortar la cocción, pero los mantenéis en el agua teñida.

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  • Para hacer la masa ponemos todos los ingredientes menos la mantequilla en un bol: la harina de fuerza, el azúcar, la leche, la levadura de panadero, la sal, la ralladura de naranja y la canela. Amasamos unos cinco minutos.
  • Después añadimos la mantequilla ablandada y amasamos hasta que se integre. Seguimos amasando, a mano o con robot amasador, hasta obtener una masa fina y elástica. La metemos en un recipiente engrasado, tapamos y dejamos doblar.

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  • Una vez que la masa haya doblado el volumen, la pasamos a la encimera y la amasamos brevemente para desgasificarla. Si nos apetece poner las pasas, las añadiremos en este momento.
  • La dividimos en tres porciones de igual peso (mejor pesarlas en una báscula) y hacemos un rollito gordo con cada una. Las dejamos reposar 5 minutos.
  • Seguidamente las estiramos rodando los rollos sobre la mesa, empezando en el centro con una mano sobre la otra y progresando hacia los extremos. Puede que tengamos que hacerlo en varias veces porque la masa llega un momento que no se quiere estirar sin desgarrarse y hay que dejarla reposar un par de minutos antes de seguir.

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  • Formaremos los cabos de la trenza de 55-60 cm. Los colocamos encima de un papel de hornear o un tapete, juntamos los extremos y apretamos para sellar, y trenzamos los cabos. Dejaremos la trenza flojita, sin apretar, para que la masa pueda crecer.
  • Cuando la masa haya levado al doble, más o menos, batimos el huevo y la pintamos con un pincel, con delicadeza. La pintaremos dos veces, dejando 5 minutos entre uno y otro pintado. Así queda más bonito y brillante el acabado.

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  • Por último colocamos los tres huevos, escurridos del agua de cocción, empujando un poco y espolvoreamos el azúcar perlado
  • Colocamos el tapete o papel encima de una bandeja de horno y cocemos la trenza en el horno calentado a 190ºC (sin aire) unos 25-30 minutos, hasta que el tsoureki esté bien doradito. Lo sacamos y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.

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Este tsoureki, pan griego de Pascua, tiene un gusto ligero y agradable a la canela y un brillo precioso. De modo que si queréis tener una Semana Santa griega os bailáis un sirtaki mientras degustáis este rico bollo. Cualquier excusa es buena.

Miriam

Traductora de inglés a español y química durante 15 años en una vida anterior. Vivo en un pueblecito cerca de Madrid, Galapagar, y trabajo en casa; soy una gran afortunada. Tengo pareja y dos niños con poca sensibilidad gastronómica. De momento. Pero por lo que estoy aquí es por mi afición a la cocina en general y a la repostería en particular, que me viene de familia, de mi madre y de mi abuela paterna. Y esta afición me ha llevado, además de a tener un blog de cocina con el que me lo paso pera, El invitado de invierno, a impartir algún que otro curso de cocina en la escuela de Madrid La Cocina de Babette.