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Receta de panna cotta de miel


Receta de panna cotta de miel

Panna cotta de miel sobre menaje de GreenGate

La panna cotta de miel que hoy vamos a preparar es muy sencilla y fácil de hacer. Este postre de origen piamontés, como ya sabréis, se hacía originalmente sin azúcar ya que este ingrediente era muy caro. Con el tiempo se fue incorporando caramelo para darle color y un toque dulce,  y ahora hay un sinfín de variaciones.

El secreto de una buena panna cotta reside en utilizar nata líquida que contenga entre 35 y 40 % de materia grasa; no os preocupéis también la podéis hacer con natas más ligeras. Y, para solidificar, se usan láminas de cola de pescado o gelatinas vegetales. El resto es tan sencillo que no nos vamos a detener mucho en ello.

Este postre italiano se hacía antiguamente en un solo recipiente y se dividía por rebanadas o cucharas a la hora de servirlo, pero en la actualidad vais a encontrar que la mayoría de recetas utilizan moldes individuales que pueden ser las clásicas flaneras de metal o tarros de cristal, como hemos hecho nosotros.

Para servirla hemos usado los cuencos pale green de la nueva colección de GreenGate, que nos gustan mucho. Y a un lado, en nuestros cuencos mini pale green, hemos dispuesto una salsa de miel aromatizada con grappa para que cada uno se sirva a su gusto, rociándola sobre la panna cotta. Es una receta fácil, y con pocos ingredientes, que os gustará mucho.

Panna cotta de miel

Ingredientes:

Para la panna cotta de miel:

  • 200 ml de leche
  • 4 o 5 hojas de gelatina (7 – 8 g)
  • 500 ml de nata
  • 50 ml de miel
  • Una pizca de sal

Para la salsa de miel:

  • 100 ml de miel
  • 100 ml de agua
  • Una pizca de sal
  • Un chorrito de zumo de limón
  • Una o dos cucharadas de grappa

Elaboración:

  • Ponemos las hojas de gelatina en la leche fría para que se ablanden y podamos trabajarlas.
  • En un cazo calentamos la nata, la miel y la pizca de sal hasta que la miel se haya diluido completamente.

calentamos los ingredientes

  • Retiramos del fuego, añadimos la gelatina y mezclamos bien para que se deshaga.
  • Pasamos por un colador para asegurarnos de que no queden trozos de gelatina sin diluir y mezclamos con la leche fría. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.

añadimos la gelatina

  • Rellenamos seis tarros de cristal con panna cotta.
  • Los tapamos y los metemos en la nevera durante al menos ocho horas.

ponemos en los tarros

  • Para hacer la salsa ponemos el agua en un cazo junto con la miel, la pizca sal y el zumo de limón.
  • Calentamos y dejamos que hierva durante un minuto o dos más o menos.

hacemos la salsa

  • Retiramos del fuego inmediatamente y le añadimos la grappa.
  • Guardamos en un tarro para que esté a temperatura ambiente cuando la vayamos a servir. También la podemos servir fría, sobre todo en verano.

añadimos la grappa

  • Retiramos los tarros de panna cotta de la nevera, llenamos un cazo con agua caliente y metemos uno a uno rápidamente para que la panna cotta se desprenda. Desmoldamos y emplatamos.
  • Cuando la vayamos a servir ponemos un poco de salsa de miel en varios cuencos para que cada comensal se sirva a su gusto.

desmoldamos la panna cotta de miel

Como nos gusta mucho lo que viene siendo un panal, no hemos podido evitar decorar la panna cotta de miel con un trocito y, para los amantes de la miel y los más golosos de la casa, será un postre al que no podrán resistirse.

Panna cotta de miel 2

Algunos consejos útiles:

  • Si queréis una panna cotta más firme añadid cinco hojas de gelatina, pero si la queréis más suave y no os importa que se pueda romper al desmoldar podéis añadirle solo cuatro hojas de gelatina.
  • Nunca echéis la gelatina cuando la nata este muy caliente, con una temperatura de 40º C. bastará para que la gelatina se diluya. Esta regla la debemos aplicar a cualquier preparación que lleve gelatina.
  • Cuando vayáis a desmoldar los tarros no los dejéis mucho tiempo en el agua caliente y no olvidéis pasar antes un cuchillo muy fino por la orilla del postre.
  • Nosotros hemos decorado cada panna cotta con una trocito de panal, pero si no lo tenéis no hace falta que lo hagáis, podéis decorarla con alguna fruta fresca de temporada o una flor comestible libre de insecticidas.
  • La miel que hemos usado es miel cruda, pero hay tantas variedades que os dejamos elegir la que más os guste.
  • Poned atención a las instrucciones de uso de vuestras gelatinas y a las cantidades necesarias que se indiquen, puede variar mucho el poder gelificante de unas a otras. Otra forma de saber si hemos usado la cantidad adecuada es poniendo un poco de la panna cotta (sin cuajar) en el fondo de un recipiente metálico y meterlo en el congelador hasta que cuaje. Si veis que está poco cuajada podéis calentar un poco de panna cotta  (sin que llegue a hervir), añadirle más gelatina y mezclarla con el resto de panna cotta.
  • La panna cotta se suele aromatizar con vainilla, pero hemos querido darle todo el protagonismo a la miel. Si os gusta el sabor podéis añadirla.

Raúl

La cocina y la fotografía han sido, desde que era muy pequeño, dos de mis grandes pasiones. Disfrutaba en casa destapando las cazuelas en las que hervían los guisos y, apenas con seis años de edad, empecé a saborear la primera cámara que mis padres me regalaron por Navidades. Había que estudiar algo "respetable" y "serio", y mis primeros estudios se encaminaron a cursar la carrera de arquitectura. Ya con el título en la mano, y después de trabajar durante un tiempo en arquitectura -y con la familia contenta-, decidí aprender cocina y fotografía en profundidad. Aprendí de grandes maestros en ambos campos y todavía sigo haciéndolo. En la actualidad mezclo recetas, técnicas e historias de cocina con fotografía en El Oso con Botas.