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Tarta de café irlandés


Tarta de café irlandés

Hoy hemos preparado una rica tarta de café irlandés: es fácil de hacer y el resultado vale la pena. Basta con tener café soluble, gelatina, chocolate, nata, harina, azúcar y huevos, y vais a poder hacer esta rica receta sin mayores complicaciones.

Para elaborar esta receta hemos hecho un bizcocho tradicional, montando los huevos con el azúcar y aromatizándolo con café. No necesitaréis levadura química, y lo hemos rellenado con una crema de chocolate y whiskey, también aromatizada con café soluble.

Para hornear el bizcocho hemos usado el molde Master Class de 15 cm de diámetro  y para servirlo lo hemos puesto en el stand de cerámica verde con platos de GreenGate, y cucharas de Miss Étoile.

Tarta de café irlandés

Ingredientes:

Para el bizcocho de café:

Para el almíbar de calar:

  • 125 ml de whiskey
  • 125 ml de agua
  • 4 cucharadas de azúcar
  • Una cucharada de café soluble
  • 110 g de azúcar moreno

Para el relleno:

  • Una hoja de gelatina
  • 15 g de agua
  • 15 g de whiskey
  • 20 g de azúcar
  • 2 cucharadas de café soluble
  • 90 g de chocolate negro fundido
  • 200 g de nata para montar
  • Una cucharada de azúcar

Para la cobertura:

  • 200 g de nata
  • 2 cucharadas de azúcar

Elaboración:

  • Calentamos el horno a 180º C. y untamos con mantequilla un molde de 15 cm de diámetro, y lo espolvoreamos con harina. Reservamos en la nevera.
  • Batimos los huevos con el azúcar y el café soluble en un robot de cocina hasta montar (punto de cinta o listón).

preparamos el molde

  • Echamos la harina y mezclamos de forma envolvente con una espátula.
  • Vertemos la masa sobre el molde y horneamos hasta que la punta de un termómetro para bizcochos se ponga roja (de 20 a 30 minutos). Retiramos del horno y dejamos reposar 15 minutos.

Hacemos la masa

  • Desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
  • Para hacer el relleno ponemos la gelatina en remojo. Aparte, echamos el agua, el whiskey, el azúcar y el café en un cazo, y calentamos.

Horneamos

  • Mezclamos con el chocolate fundido y la gelatina escurrida.
  • Montamos la nata con la cucharada de azúcar y le añadimos la mezcla de chocolate con gelatina de forma envolvente. Reservamos.

Preparamos el relleno

  • Para hacer el almíbar de calar mezclamos el agua, el whiskey y las cuatro cucharadas de azúcar en un vaso, y calentamos al microondas durante dos minutos a máxima potencia.
  • Preparamos la cobertura montando la nata con el azúcar y reservamos en la nevera.

Preparamos el almíbar y la cobertura

  • Partimos el bizcocho en tres capas con ayuda de una lira, reservamos 125 ml del almíbar de calar y con el resto mojamos las capas de bizcocho y rellenamos.
  • Calentamos los 125 ml de almíbar que habíamos reservado y le añadimos los 110 g de azúcar moreno. Dejamos hervir un par de minutos, retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Rellenamos

  • Cubrimos la tarta con la nata montada con ayuda de una espátula.
  • Hacemos una espiral en la superficie con el almíbar y con ayuda de un cuchillo hacemos líneas radiales para romper la espiral. Refrigeramos durante al menos dos horas.

Cubrimos y decoramos la tarta

Estamos seguros que nuestros seguidores más cafeteros y golosos van a disfrutar mucho esta receta de tarta de café irlandés que podréis servir en cualquiera de nuestros platos y tazones de GreenGate.

Receta de tarta de café irlandés 1

Algunos consejos útiles:

  • Si no os gusta el whiskey lo podéis sustituir por ron añejo o por amaretto, seguro que con este último se convierte en una tarta de vicio.
  • La receta, con algunos cambios, la hemos hecho en base a la receta de Manuel Apir, de varomeando.com
  • Para mezclar el chocolate con la nata os recomendamos que primero mezcléis de forma en envolvente un cuarto de la nata montada con el chocolate y, a continuación, con el resto de la nata.
  • Si la mezcla de chocolate se pone muy dura podéis calentarlo en el microondas a media potencia, pero solo unos segundos, los necesarios para fundirlo un poco.

Raúl

La cocina y la fotografía han sido, desde que era muy pequeño, dos de mis grandes pasiones. Disfrutaba en casa destapando las cazuelas en las que hervían los guisos y, apenas con seis años de edad, empecé a saborear la primera cámara que mis padres me regalaron por Navidades. Había que estudiar algo "respetable" y "serio", y mis primeros estudios se encaminaron a cursar la carrera de arquitectura. Ya con el título en la mano, y después de trabajar durante un tiempo en arquitectura -y con la familia contenta-, decidí aprender cocina y fotografía en profundidad. Aprendí de grandes maestros en ambos campos y todavía sigo haciéndolo. En la actualidad mezclo recetas, técnicas e historias de cocina con fotografía en El Oso con Botas.