Tarta de piña sin horno
Esta tarta de piña sin horno es un clásico de los postres cómodos y que triunfan, porque no hay que ser ningún experto para hacerla y siempre queda bien. Un postre de los que se deberían enseñar en los colegios porque se hace con leche evaporada, leche condensada, piña en conserva, gelatina y poco más.
Esta tarta de piña la podemos preparar en formato redondo o en formato rectangular, que también queda muy bonita. La receta procede de nuestra amiga Recetas de Mamá.
Encuentro que para esta tarta resulta muy cómodo, de manejar y de dar la vuelta, un molde de silicona. Estos moldes pesan muy poco por lo que dar la vuelta cogiendo a la vez la fuente y el molde no cuesta mucho, y la tarta o flan se despega sin problemas porque son flexibles.
Tarta de piña sin horno
Ingredientes (para un molde de 25-26 cm):
Tarta
- 652 ml de leche evaporada
- 500 g de leche condensada
- 2 1/2 sobres de gelatina de piña o limón
- 820 g de piña en conserva al natural (con su jugo)
- Un paquete de 12 bizcochos de soletilla
Caramelo
- 150 g de azúcar
- Un chorro de agua
Elaboración:
Caramelo
- Ponemos el azúcar y el agua en un cazo y llevamos a ebullición, sin remover, hasta que empiece a tomar color ámbar.
- Vertemos el caramelo en el fondo del molde elegido, colocamos el molde sobre una superficie plana, como una bandeja de horno para trasladar la tarta con comodidad, y dejamos enfriar.
Tarta
- Escurrimos bien la piña de su jugo en un bol sobre un colador, reservando el jugo. Escogemos cuatro o cinco rodajitas con buen aspecto para ponerlas encima de la tarta y las reservamos. Cuando el caramelo esté endurecido colocamos la piña encima.
- Troceamos el resto de la piña y reservamos.
- Calentamos la mitad de la leche evaporada en un cazo hasta la ebullición. Agregamos entonces la gelatina de sabor y mezclamos hasta que se disuelva con una espátula.
- Agregamos el resto de la leche evaporada, la leche condensada, el jugo de la piña y los trozos de piña reservados, y mezclamos bien.
- Vertemos toda la mezcla en el molde con el caramelo y distribuimos las soletillas por encima, rompiendo alguna para cubrir toda la superficie lo mejor que podamos.
- Apretamos un poco los bizcochos para que se empapen, porque tienden a flotar ligeramente.
- Cuando la tarta esté fría la metemos en la nevera y dejamos que se ponga firme por lo menos 12 horas. Por último, desmoldamos con cuidado sobre un plato grande o stand para tartas.
Esta tarta de piña sin horno es tan deliciosa como efectiva, con un acusado sabor a piña si usamos la gelatina de este sabor. Una estupenda forma de iniciarse en la repostería y uno de esos postres que gusta a todo el mundo. Volverán a por más.