Tarta mousse de leche merengada
Esta tarta mousse de leche merengada le da un estupendo uso a un dulce tradicionalísimo como la leche merengada, que aquí convertimos en una mousse ligera con todo el sabor de este postre. Y además se elabora sin horno, otra virtud para que se convierta en uno de nuestros postres favoritos.
La fórmula, que procede de este blog, aúna la ligereza de las claras y la nata montada con algo de gelatina para dar firmeza y leche condensada que da un poquito de cuerpo. El aromatizado con canela y corteza de limón redondea la cosa, dándole al conjunto el mismito sabor que tiene una leche merengada tradicional, bien sea tal cual, bien en forma de helado.
Para hacer esta tarta mousse hemos usado uno de los fantásticos moldes de paredes de silicona desmontables de Lékué que tenemos en la tienda. Pusimos el tamaño grande de 23 cm, que conseguimos llenar a tope con las cantidades de esta receta. Estos moldes son comodísimos para las mousses porque además el plato base de porcelana permite servir las tartas allí mismo, sin tener que pasarlas otra fuente o stand.
Tarta mousse de leche merengada
Ingredientes:
Base de galleta
- 200 g de galletas
- 70 g de mantequilla
Mousse de leche merengada
- 600 g de nata montada
- 60 g de azúcar glas
- 15 g de gelatina en polvo *
- 250 g de leche condensada
- 200 g de leche entera
- Una rama de canela
- La cáscara de un limón, sin parte blanca
- Cinco claras de huevo
- 1/2 cdta. de cremor tártaro o unas gotas de zumo de limón
- Dos cdas. rasas de canela molida
* La cantidad de gelatina es la necesaria para aproximadamente 750 ml de líquido. Si usamos gelatina en láminas seguiremos las instrucciones del paquete para esta cantidad.
Elaboración:
Base de galleta
- Trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla derretida. Forramos el fondo del molde desmontable con esta mezcla, apretando para cubrir bien y que se compacte. Metemos en la nevera para que se solidifique.
Mousse de leche merengada
- Ponemos la gelatina en un bol con un poco de agua fría para que se hidrate.
- Ponemos la leche en un cazo con la rama de canela y la piel del limón. Llevamos a ebullición y apagamos inmediatamente el fuego. Pasamos la leche por un colador para eliminar la canela y el limón.
- Agregamos a la leche la gelatina hidratada y removemos con varillas. Añadimos igualmente la leche condensada, tapamos y dejamos que se enfríe.
- Montamos la nata en un robot o con varillas eléctricas, hasta que esté bastante firme; añadimos el azúcar glas para que estabilice. Reservamos la nata en la nevera.
- Montamos las claras con el cremor tártaro, o unas gotas de zumo de limón, hasta que estén bien duras. Hacia el final del batido agregamos la canela molida.
- Agregamos las claras montadas a la mezcla de leche y mezclamos cuidadosamente con una espátula y movimientos suaves y envolventes.
- Agregamos esta mezcla a la nata montada, mezclando igualmente con espátula y movimientos envolventes, hasta que el conjunto esté homogéneo.
- Vertemos la mousse sobre la masa de galleta preparada anteriormente, alisamos la superficie con una espátula acodada y metemos la tarta en el congelador por lo menos 12 horas para poderla desmoldar perfectamente, pues es blandita.
- Transcurrido ese tiempo, desmoldamos y en el propio plato cerámico del molde pasamos la tarta a un stand para tartas. Dejamos que se descongele en la nevera.
- Podemos adornar la superficie de la tarta con un estarcido de canela en polvo, hecho con un stencil, si nos gusta. O con un espolvoreo normal y corriente con un colador, tanto da.
Ya veis qué fácil es esta tarta mousse de leche merengada, además un postre de esos que gustan a todo el mundo por su suavidad y su rico sabor a canela. Es ligera y nada empalagosa. A por ella.