Cheesecake de fresa
Este cheesecake de fresa y bombones es cuco y primaveral, y tiene la gracia del añadido de los bombones o trufas. Tiene sabores suaves, a queso y fresa, y es muy vistoso, como todas las tartas de varios colorines. Además, se hace sin horno.
La fórmula que hemos usado es similar a la de nuestro cappucino cheesecake, pero con la decoración de esta receta. El sabor a fresa de la capa de fresa se lo damos con sirope de fresa, que es la solución más sencilla, pero siempre se puede hacer con compota, siempre bien colada para eliminar pepitas y pieles, para que el color quede uniforme.
Para preparar el cheesecake hemos usado un comodísimo molde charlotte desmontable. Las paredes son desmontables y flexibles, y la base de porcelana blanca permite presentar la tarta directamente sobre ella.
Receta de cheesecake de fresa
Ingredientes:
Base de galleta
- 100 g de galletas
- 90 g de mantequilla derretida
Cheesecake
- 10 g de gelatina en polvo
- 120 ml de leche
- 680 g de queso crema
- 225 g de crema agria
- 160 g de azúcar
- Cuatro cdas. de sirope de fresa
Acabado
- 200 ml de nata líquida (mínimo 35% de grasa)
- Tres cdas. de azúcar glas
- Bombones Lindt de chocolate blanco
Elaboración:
- Empezamos por preparar la base de galleta. Trituramos las galletas en una batidora y derretimos la mantequilla en un bol en el microondas. Mezclamos ambas cosas.
- Distribuimos la mezcla en el fondo del molde desmontable para charlota, aplastando con la mano o con la base de una taza medidora. Llevamos a la nevera para que se solidifique.
- Mientras la base coge firmeza preparamos el relleno de la tarta. En un cazo ponemos la leche fría con la gelatina. Dejamos que se hidrate. Cuando esté hidratada, lo calentamos al fuego hasta que se disuelva.
- En un bol grande ponemos el queso, la crema agria y el azúcar. Batimos en un robot o con varillas eléctricas hasta que esté homogéneo y suave.
- Sin dejar de batir, añadimos la mezcla de gelatina y homogeneizamos con una espátula.
- Colocamos el molde directamente sobre la báscula y vertemos la mitad de la mezcla, más o menos (unos 600 g). Alisamos con la espátula y metemos 10 minutos en el congelador para que la capa de color claro coja un poco de firmeza y no se mueva al verter la capa de fresa.
- Mientras la primera capa se solidifica, añadimos el sirope de fresa a la mitad restante de la mezcla de cheesecake, mezclando con delicadeza hasta homogeneizar.
- Sacamos el molde del congelador y vertemos la segunda capa con cuidado; alisamos con la espátula. Metemos la tarta en la nevera hasta que esté firme. Una vez que esté cuajada la gelatina, la metemos por lo menos una hora en el congelador para desprender perfectamente las paredes de silicona.
- Al cabo de ese tiempo (ojo, no hay que dejar que la tarta se congele por completo), despegamos las paredes con cuidado.
- Ponemos la nata en un bol y la montamos con un robot o varillas eléctricas. Cuando vaya estando firme añadimos el azúcar glas de cucharada en cucharada, hasta que se integre.
- Pasamos la nata montada y azucarada a una manga pastelera con boquilla estrellada y hacemos 8-10 pegotes donde colocamos los bombones. Llevamos a la nevera un poco más para que la nata coja firmeza y listo.
¿Verdad que es remonísimo este cheesecake de fresa? Estas tartas ligeras y suaves son éxito seguro en cuanto empieza el calorcete, porque entran sin sentir y no tienes que sudar la gota gorda en la cocina. Todo son ventajas.