Tarta mousse de yogur con frutas
Una tarta mousse de yogur con frutas como esta sin horno, inspirada en este blog, es garantía de éxito. Las tartas lácteas y suaves con fruta gustan a todo el mundo, son frescas y ligeras, y nada difíciles de hacer. Perfectas para esta época.
Esta mousse lleva yogur, queso crema y compota de frutas rojas frescas, además de nata montada para darle esponjosidad. Uno de sus encantos es que se va añadiendo la compota en fases a la masa de la mousse, para darle un efecto degradado.
Hemos usado un molde alto con fondo móvil y acetato en los laterales para conseguir un buen acabado. Decoramos la tarta con frutas frescas, que siempre queda supervistoso.
Receta de tarta mousse de yogur
Ingredientes (para molde redondo de 18 cm):
Base
- 150 g de galletas
- 60 g de mantequilla
Relleno
- 350 ml de nata líquida (mínimo 35% de grasa)
- 200 g de queso crema
- 240 ml yogures griegos
- 60 ml de agua fría
- 15 g de gelatina en polvo
- 70 g de azúcar
- 200 g de frutas del bosque (más algunas adicionales para decorar)
Si quieres usar otro tamaño de molde, aquí puedes convertir las cantidades.
Elaboración:
Base de galleta
- Trituramos las galletas. Pesamos la mantequilla en una báscula y la derretimos en el microondas.
- Añadimos la mantequilla a las galletas y mezclamos.
- Ponemos en el fondo del molde un redondel de papel de hornear, cortado a medida, para asegurarnos de que la galleta no se pega al molde, y forramos los laterales con una banda de acetato cortada a medida también.
- Forramos el fondo del molde con la galleta, aplastando para igualar con un mini rodillo. Llevamos a la nevera para que se ponga firme.
Relleno de mousse de frutas
- Preparamos primero la compota de frutas rojas, poniendo las frutas frescas en un cazo con una cucharada de azúcar. Calentamos suavemente y cocemos unos cinco minutos, hasta que las frutas estén blandas del todo. Pasamos por un pasapurés o colador para quitar las pepitas y reservamos.
- En un bol pequeño ponemos el agua fría y la gelatina para que se hidrate.
- Ponemos en un bol el queso crema y la nata líquida, y batimos primero despacio con un robot o varillas eléctricas para mezclar bien ambos ingredientes, y luego a alta velocidad hasta montar la nata. Cuando empiece a aumentar de volumen vamos añadiendo el azúcar a cucharadas.
- Mientras tanto, ponemos el yogur en un bol y lo templamos en el microondas. Pasamos también por el microondas unos segundos la gelatina hidratada, lo justo para que se disuelva, y la añadimos al yogur. A su vez, añadimos la mezcla de yogur y gelatina a la nata montada cuando haga picos blandos. Homogeneizamos con una espátula, con movimientos suaves y envolventes.
- Cuando esté lista la mezcla sacamos el molde de la nevera con la base sólida y vertemos un par de cucharones, que extendemos con la espátula.
- Entonces agregamos una cuarta parte de la compota a la mousse y volvemos a mezclar para homogeneizar el color. Con cuidado, vertemos una cuarta parte de la mousse que nos queda y alisamos con cuidado encima de la primera capa.
- Cada vez que vertamos una capa golpearemos ligeramente el molde contra la mesa para que se asiente la mousse y se eliminen las burbujas.
- Volvemos a verter una cuarta parte de la compota en la mousse y a homogeneizar. Vertemos una segunda capa de mousse más oscura encima de la capa anterior y alisamos.
- Proseguimos con otra cuarta parte de la compota, mezclamos y vertemos la tercera capa de mousse coloreada; por último, el resto de la compota en el resto de mousse y la última capa de la tarta. Es decir, que después de verter la primera capa blanca, sin colorear, hay que repartir la compota en tantas porciones como capas coloreadas queramos hacer.
- Llevamos la tarta a la nevera toda la noche para que solidifique. Desmoldamos empujando el fondo del molde hacia arriba y despegando la banda de acetato; decoramos con más frutas rojas.
Pues con esta tarta mousse de yogur con frutas tenéis otra tartita primaveral o estival, fresca, fácil y cómoda de hacer por poder prepararla sin horno. Es que el yogur, el queso crema, la nata y las frutas rojas son una combinación ganadora, siempre.