Title Image

Buñuelos de Todos los Santos


Buñuelos de Todos los Santos

Se acerca una de esas fiestas marcadas por el consumo de algún dulce en cantidades ingentes… así es. Pues qué le vamos a hacer, habrá que comer buñuelos de Todos los Santos hasta reventar, y si los hacemos caseros, mejor que mejor, porque quedan riquísimos.

¿Que si es verdad que al freír los buñuelillos en aceite se dan la vuelta solos o es solo una leyenda urbana? Pues unos sí y otros no, que ellos tienen mucho carácter. A veces hay que «convencerles» con amabilidad y una espumadera. Cómo son de díscolos. Por cierto, para la masa de los buñuelos he partido de la receta clasiquísima de la señora Simone Ortega, a la que venero.

Ya sabéis que estos buñuelos de Todos los Santos los podemos rellenar de muchas cosas, aunque quizá lo más clásico es la crema pastelera y la nata montada. Estos los hemos rellenado de crema pastelera, aprovechando la receta de Olga que ya tenemos en el blog, así que para eso no os daré más indicaciones.

Buñuelos de Todos los Santos

Ingredientes:

  • 200 g de agua
  • 25 g de mantequilla
  • 25 g de azúcar
  • Un pellizco de sal
  • Ralladura de un limón (facultativo)
  • 130 g de harina floja
  • 4 huevos
  • Aceite de oliva o de girasol para freír los buñuelos
  • Azúcar glas para espolvorear
  • Crema pastelera

Elaboración:

  • Rallamos la piel del limón, si la queremos poner, y reservamos. Pesamos y tamizamos la harina, para tenerla preparada, y reservamos.
  • Ponemos en un cazo al fuego el agua con el azúcar, la mantequilla y el pellizco de sal. Lo llevamos a ebullición.

Bunyuelos de Todos los Santos

  • Cuando la mezcla hierve, bajamos el fuego al mínimo, añadimos la harina de golpe junto con la ralladura de limón y removemos enérgicamente con una cuchara de madera, hasta obtener una pasta homogénea que se separa de las paredes del cazo (sí, hay que emplearse a fondo y hacer brazo). Esto sirve para escaldar la harina y que la masa no sepa a crudo. Apagamos el fuego y dejamos templar un poco, porque tenemos que añadir los huevos y se nos cuajarían.

Bunyuelos de Todos los Santos

  • Batimos un huevo y lo añadimos, removiendo bien con la cuchara de madera y deshaciendo todos los grumos. Cuando está bien integrado el huevo, añadimos el siguiente huevo batido, y procedemos de igual manera hasta incorporar todos los huevos. Debemos obtener una masa lisa, algo más densa que una bechamel de cobertura. La dejamos reposar tapada unas dos horas.
  • Ponemos el aceite a calentar en una sartén honda, que los buñuelos tengan espacio para flotar. La fritura se hace a fuego flojo. Vamos tomando porciones con dos cucharitas de postre, que posamos con cuidado en el aceite, intentando que salgan lo más redondas posible. Cuanto más pequeñas salen las porciones más tienden a tener una forma regular. Cuando están doraditos (les daremos la vuelta contra su voluntad si es necesario) se van sacando a una rejilla con papel de cocina. Y así hasta acabar toda la masa, que salen entre 30 y 40.

Bunyuelos de Todos los Santos

  • Cuando están bien fríos metemos en una manga con boquilla de pico la crema pastelera que hemos preparado según la receta del blog (por cierto, a mí me gusta añadirle un chorrito de ron para aromatizar). Cogemos cada buñuelo con cuidado, le introducimos la boquilla para rellenar con cariño por donde más rabia nos dé y lo llenamos de crema.

Bunyuelos de Todos los Santos

  • Para terminar, espolvoreamos los buñuelos con azúcar glas justo antes de servir; no los espolvoreéis antes, porque absorben el azúcar y deja de hacer bonito.

Bunyuelos de Todos los Santos

Los buñuelos de Todos los Santos son una prueba más de la versatilidad de la masa choux, porque eso es la masa de buñuelo de viento, solo que en este caso la freímos en lugar de lo que suele hacer la repostería francesa con ella, que es hornearla. Ah, y que tengáis un buen día de difuntos, si eso es posible.

Miriam

Traductora de inglés a español y química durante 15 años en una vida anterior. Vivo en un pueblecito cerca de Madrid, Galapagar, y trabajo en casa; soy una gran afortunada. Tengo pareja y dos niños con poca sensibilidad gastronómica. De momento. Pero por lo que estoy aquí es por mi afición a la cocina en general y a la repostería en particular, que me viene de familia, de mi madre y de mi abuela paterna. Y esta afición me ha llevado, además de a tener un blog de cocina con el que me lo paso pera, El invitado de invierno, a impartir algún que otro curso de cocina en la escuela de Madrid La Cocina de Babette.