Crema de mascarpone y chocolate blanco para rellenos
Esta crema de mascarpone y chocolate blanco para rellenos da mucho juego, porque cualquier cosa con queso mascarpone triunfa sí o sí. Además, es suave y esponjosa en frío, perfecta para rellenos y coberturas de tartas en verano si queremos presentarlas frescas y que la crema no esté dura.
Esta crema es facilísima de hacer; se trata en realidad de una trufa de chocolate blanco con queso mascarpone, ya sabéis, el queso que forma parte del delicioso tiramisú. El resultado es una crema untuosa y con un toque de sabor a tiramisú que la hace adictiva.
La preparación requiere dejar refrigerar a fondo la ganache de chocolate blanco para luego montarla junto con el queso mascarpone. Al tratarse de una crema montada es de gran ayuda disponer de un robot con varillas o unas eficientes varillas eléctricas que te permiten graduar el montado y, por tanto, la firmeza de la crema.
Receta de crema de mascarpone
Ingredientes:
- 230 g de chocolate blanco de cobertura
- 400 g de nata líquida (mínimo 35% m.g.)
- 250 g de queso mascarpone frío
- Un pellizco de sal
Elaboración:
- Pesamos todos los ingredientes en la báscula.
- Si la cobertura de chocolate no viene en forma de gotas, la troceamos. Nosotras hemos usado una cobertura en gotas de chocolate blanco de Decora que es practiquísima para derretir.
- Ponemos el chocolate con la nata líquida en un bol y calentamos hasta derretir el chocolate, bien al baño maría de vapor, sin que el agua toque el bol, bien en el microondas.
- Añadimos el pellizco de sal y removemos con unas varillas hasta homogeneizar.
- Tapamos y dejamos enfriar la ganache por completo a temperatura ambiente; después la metemos en la nevera, tapada con plástico, para que se enfríe por lo menos seis horas, preferiblemente toda una noche.
- Sacamos la ganache de chocolate blanco bien fría de la nevera y comenzamos a batirla con varillas, a velocidad media-alta.
- Cuando vaya cogiendo algo de cuerpo agregamos el queso mascarpone frío.
- Continuamos batiendo; veremos que va cogiendo cuerpo y las varillas empiezan a dejar surcos en la crema.
- Cuando haya adquirido una consistencia espesa de una trufa montada, ya la tenemos lista. Ojo, porque como ya está fría tened en cuenta que por mucho que la refrigeremos no va a estar más dura de lo que ya está. Sirve tanto para dosificar con espátula, como para hacer adornos con manga pastelera y boquilla.
Me voy a hacerle una visita a la crema de chocolate blanco y mascarpone, porque así servida en plan lujoso en un bol sobre una preciosa bandeja y con una remonísima cuchara, está justamente para eso… para comérsela a cucharadas.