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Tarta de mango y coco sin horno


receta tarta mousse coco mango sin horno

Tarta de mango y coco sin horno

Esta lindísima tarta de mango y coco sin horno lleva un relleno de mousse de coco y va recubierta de un glaseado espejo con sabor a mango, ambos inspirados en esta tarta. Queda tan rebonita porque la preparamos en un magnífico molde de silicona profesional de la marca Silikomart, modelo Corallo.

Esta tarta de mango y coco se prepara sin horno; la mousse se congela en el molde de silicona, del que se desmolda con comodidad al ser flexible, y luego se recubre con el glaseado espejo de mango. Ambas elaboraciones las aromatizamos con aromas de coco y mango de nuestra tienda online.

Conviene preparar el glaseado espejo con un día de antelación y recalentarlo en microondas antes de aplicarlo; la mousse es necesario congelarla para poderla desmoldar correctamente, por lo que la tarta hay que planificarla con un día de antelación. Recuerda que en nuestra tienda online tienes más tamaños de este tipo de moldes.

Receta de tarta de mango y coco sin horno

Ingredientes (molde Corallo de Silikomart):

Mousse de coco

Glaseado espejo de mango

Elaboración:

Mousse de coco

  • Pesamos todos los ingredientes en la báscula. Ponemos la gelatina en polvo a hidratar en el agua fría unos minutos.
  • Vertemos en un bol la leche de coco y agregamos el azúcar glas. Calentamos en el microondas, pero sin que hierva, y agregamos la gelatina hidratada. Removemos con varillas para disolverla y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
  • Cuando la leche de coco esté fría, en un robot con varillas o con la batidora montamos la nata líquida, pero sin que llegue a estar muy dura. Mezclamos con la leche de coco con una espátula y delicadamente, pero a conciencia.
  • Agregamos el aroma de coco, con cuatro o cinco gotitas debería bastar, pero esto es bastante personal, mejor darle una probadita antes de congelar la mezcla.
  • Vertemos la mousse de coco en el molde colocado sobre una bandeja o fuente que nos permita meterlo en el congelador. Congelamos por lo menos seis horas.

Glaseado espejo de mango

  • Pesamos todos los ingredientes en la báscula.
  • Ponemos la gelatina en polvo a hidratar en el agua fría unos minutos. Cuando esté hidratada, la ponemos con la nata en un bol.
  • Aparte, calentamos el agua con el azúcar y la glucosa a 103 ºC en un bol en el microondas (necesitamos un termómetro para medirlo). Vertemos el contenido del bol sobre la nata con la gelatina y mezclamos con varillas. Agregamos el chocolate blanco troceado y mezclamos de nuevo.
  • Agregamos el colorante amarillo al gusto y el aroma de mango; batimos con varillas, pero intentando no incorporar aire. Probamos el sabor por si necesitamos agregar más aroma de mango.
  • Dejamos enfriar por completo. Podemos refrigerarlo, tapado, hasta el momento de bañar la mousse.

Montaje de la tarta

  • Recuperamos el glaseado de mango y lo calentamos en el microondas, removiendo a cada tanto con las varillas para que se fluidifique de nuevo.
  • Recuperamos la tarta de la nevera, ya firme, y la colocamos sobre una base de cartón cortada a medida y a su vez sobre una rejilla colocada encima de una bandeja, para recoger el baño sobrante.
  • Esperamos a que la temperatura del baño baje de los 45 ºC y bañamos la tarta, vertiendo el glaseado con la jarra. Si nos parece demasiado fino el glaseado, podemos recoger el baño de la bandeja, que es perfectamente reutilizable, y volver a bañar; la consistencia final del glaseado depende mucho de la temperatura ambiente y de la temperatura de la propia mousse de coco.
  • Esperamos a que solidifique ligeramente el glaseado, pasamos la tarta a una fuente y la llevamos a la nevera para que el glaseado acabe de endurecerse. Ojo, porque conviene montar la tarta el mismo día que se vaya a consumir, pues el glaseado tiende a humedecerse en la nevera; mejor no dejarla muchas horas en el frío.


Sirve nuestra tarta de mango y coco en nuestros platos de flores, sobre nuestros paños de té y con nuestras jarras de cristal para refrescos, nuestras pajitas de cristal reutilizables y nuestras cucharitas doradas y quedarás como un ejemplo de elegancia y buen hacer. Venga.

Miriam

Traductora de inglés a español y química durante 15 años en una vida anterior. Vivo en un pueblecito cerca de Madrid, Galapagar, y trabajo en casa; soy una gran afortunada. Tengo pareja y dos niños con poca sensibilidad gastronómica. De momento. Pero por lo que estoy aquí es por mi afición a la cocina en general y a la repostería en particular, que me viene de familia, de mi madre y de mi abuela paterna. Y esta afición me ha llevado, además de a tener un blog de cocina con el que me lo paso pera, El invitado de invierno, a impartir algún que otro curso de cocina en la escuela de Madrid La Cocina de Babette.