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Tarta Sacher. Receta paso a paso


Tarta Sacher. Receta paso a paso

Hoy va de chocolate y repostería clásica, pero de la buena, porque nos hemos marcado una deliciosa tarta Sacher (Sachertorte) que seguro que conocéis muy muy bien. Y, si no la conocéis, no sabéis lo que os estáis perdiendo.

La llamamos tarta Sacher porque pretende parecerse a aquella que hace ya muchos años se hiciera famosa en Viena. La receta secreta del repostero Franz Sacher se guarda con extremo celo y aún se sigue sirviendo, no sin su respectiva polémica, en los rojos y suntuosos salones de los vieneses Hotel Sacher, y en la pastelería «Demel«, también chocolatería.

Es una tarta elaborada con un bizcocho hecho con harina de repostería, azúcar glas, mantequilla, huevos y chocolate. Nosotros hemos usado el chocolate Noir Guanaja de Valrhona al 70%. Además, le hemos añadido harina de almendras que enriquece y le aporta textura, y humedad al bizcocho.

Para terminar esta deliciosa tarta vienesa, la hemos cubierto con un glaseado de chocolate Caraïbe de Valrhona, como manda la tradición, y la hemos servido en nuestro stand de cerámica blanca con los platos Pale Green, de GreenGate.

Tarta Sacher

Ingredientes:

Para el bizcocho:choc

Para el glaseado:

Elaboración:

Para el bizcocho:

receta de tarta Sacher 4

  • Echamos la mantequilla y el azúcar glas en el vaso de un robot de cocina, y blanqueamos.
  • Añadimos las yemas mientras continuamos batiendo.

receta de tarta Sacher 5

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  • Echamos la harina tamizada y mezclamos también de forma envolvente.
  • Vertemos la masa en el molde y horneamos entre 25 y 40 minutos, o hasta que la punta de un termómetro para bizcochos se ponga roja.

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  • Retiramos del horno, dejamos templar 15 minutos, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
  • Cortamos el bizcocho a la mitad con una lira, lo rellenamos con la mitad de la mermelada y con la otra mitad pincelamos toda la superficie y los bordes de la tarta hasta que la haya absorbido toda.

receta de tarta Sacher 8

Para el glaseado:

  • Ponemos el chocolate troceado y la mantequilla en un cuenco, y le echamos la nata caliente. Dejamos reposar unos minutos hasta que el chocolate se haya fundido.
  • Mezclamos con cuidado, cubrimos la tarta con una primera capa de glaseado y alisamos con una espátula.

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  • Metemos en la nevera 10 minutos para que se endurezca, sacamos la tarta y la bañamos con el resto de glaseado que habremos templado un poco al baño María.
  • Ponemos nuestra tarta en el stand y con lo que haya quedado del glaseado escudillamos una letra “S” y la decoramos al gusto.

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Un exquisito trozo de esta tarta Sacher (o dos), un cuenco lleno de rica nata montada sin azúcar y una taza de café o té nos ha hecho tener una tarde de primavera estupenda que no podíamos dejar de compartir con vosotros. Esperamos que la hagáis y la disfrutéis tanto como lo hemos hecho aquí.

Receta de tarta Sacher 1

Algunos consejos útiles:

  • No os olvidéis de calentar la mermelada para que esté un poco más líquida y el bizcocho absorba más cantidad.
  • Si la mermelada tiene tropezones recomendamos que le paséis una batidora de mano para alisarla.
  • El bizcocho, basado en la receta de Chocolatísimo, utiliza almendras tostadas y trituradas, nosotros hemos preferido mantener el sabor clásico del bizcocho y no las hemos tostado para no robarle protagonismo al chocolate.
  • La nata para el glaseado no debe superar los 87º C.
  • El segundo glaseado tiene que estar más líquido para cubrir toda la superficie y los bordes de la tarta, así no tendremos que usar una espátula para alisar.
  • Para escudillar la letra “S” hemos puesto un poco del glaseado en una manga pastelera con una boquilla lisa de 5 milímetros.
  • La tarta del hotel Sacher solo se decora con un pequeño medallón de chocolate con el nombre del hotel. La pastelería Demel no la rellena, solo la baña en mermelada de albaricoques, la cubre con chocolate y la decora con un triángulo de chocolate. Vosotros la podéis decorar como más os guste.

Raúl

La cocina y la fotografía han sido, desde que era muy pequeño, dos de mis grandes pasiones. Disfrutaba en casa destapando las cazuelas en las que hervían los guisos y, apenas con seis años de edad, empecé a saborear la primera cámara que mis padres me regalaron por Navidades. Había que estudiar algo "respetable" y "serio", y mis primeros estudios se encaminaron a cursar la carrera de arquitectura. Ya con el título en la mano, y después de trabajar durante un tiempo en arquitectura -y con la familia contenta-, decidí aprender cocina y fotografía en profundidad. Aprendí de grandes maestros en ambos campos y todavía sigo haciéndolo. En la actualidad mezclo recetas, técnicas e historias de cocina con fotografía en El Oso con Botas.