Alfajores de Maizena con dulce de leche
Los alfajores de maicena con dulce de leche son un clásico de la repostería argentina y quizá los alfajores más conocidos fuera del país. El nombre de alfajor es de origen árabe y procede de la península Ibérica, pero los argentinos lo utilizaron para nombrar a uno de sus dulces nacionales por excelencia, que en realidad guarda poco parecido con algunos alfajores que persisten en España, como los alfajores de Medina.
Los alfajores constan de dos pastitas que en el caso de los hechos con maicena tienen una consistencia fina y delicada que se deshace en la boca, que se debe fundamentalmente al almidón de maíz o maicena que lleva la masa. Las pastitas se rellenan de dos en dos o de tres en tres con cremas dulces y el conjunto se puede bañar en chocolate o en glasas variadas.
El método de preparación de los alfajores es el clásico montado de la mantequilla con el azúcar, como el que usamos en nuestras galletas con pistola repostera y las galletas ajedrez, por ejemplo, al que luego añadimos los ingredientes sólidos para formar una pasta más o menos seca. La receta procede del blog Cristina, From Buenos Aires to Paris, cuya autora es una bonaerense de pura cepa.
Alfajores de maicena con dulce de leche
Ingredientes:
- 200 g de harina de repostería
- 300 g de maicena
- Dos cdtas. de levadura química
- 1/2 cdta. de sal
- 250 g de mantequilla ablandada
- 150 g de azúcar
- Tres yemas de huevo
- Una cdta. de extracto de vainilla
- Una cdta. de ralladura de limón
- Un limón pequeño
- Dulce de leche para el relleno
- Coco rallado (facultativo)
Elaboración:
- Hacemos una buena mise en place para tenerlo todo a mano y listo para usar. Pesamos y tamizamos las dos harinas juntas, la levadura y la sal. Reservamos en un bol. Separamos las yemas de los huevos y las reservamos igualmente. Rallamos la piel del limón con un rallador.
- Ponemos en un bol o en el bol de un robot el azúcar con la ralladura, la vainilla y la mantequilla a temperatura ambiente. Batimos con varillas eléctricas o con la pala del robot a velocidad máxima, hasta que la mezcla esponje y blanquee.
- A menor velocidad agregamos las yemas de una en una, incorporando bien. Si es necesario, pasaremos la espátula por la pared del bol para despegar todo lo adherido. Agregamos entonces las harinas en tres tandas y batimos a velocidad mínima hasta que se nos forme una bola. La ponemos en un bol, la cubrimos con plástico y la refrigeramos una hora para que se relaje el poco gluten que lleva y para que se hidraten bien las harinas.
- Una vez pasado el reposo sacamos la masa y la dejamos templar para poderla manejar mejor. La dividimos en tres partes para trabajarla más cómodamente y ponemos una porción sobre una lámina de plástico. Colocamos otra lámina de plástico encima y estiramos con el rodillo hasta un grosor de medio centímetro.
- Cortamos alfajores con un cortador redondo o un aro de emplatar de 3,0-3,5 cm y vamos colocándolos en tapetes para horno. Se pueden aprovechar tranquilamente todos los recortes de masa para volverlos a estirar y seguir cortando alfajores, no necesitan volver a reposar como ocurre con las masas de galletas que son solo de harina de trigo.
- Cocemos los alfajores 11 minutos a 170ºC (con aire) / 190ºC (sin aire), en un nivel medio del horno; no deben dorarse mucho, solo una pizca por los bordes. Los sacamos a enfriar sobre una rejilla con bastante precaución, porque son frágiles.
- Una vez que se hayan enfriado untamos un alfajor con dulce de leche y le ponemos otro encima, a modo de bocadillo, así hasta que terminemos todos los alfajores. Para el acabado podemos rodar el canto sobre coco rallado; para que se pegue bien el coco untamos el borde con dulce de leche (a mí lo que mejor me funciona es pasar el dedo por todo el perímetro… un poco pringoso, sí, pero eficaz). Hay que tratarlos con mimo aún cuando están fríos, porque son delicados.
Pues ya veis, estos alfajores de Maizena con dulce de leche no son aptos para dietas, ejem… a no ser que sean de engorde. Y si os resultan ligeritos, que de todo tiene que haber en el mundo, pues los bañáis en chocolate. Y luego os tomáis un alkaseltzer. Si sobrevivís, claro.