Me encanta hacer pan, porque además de ser una cosa que sale deliciosa en casa, es muy, muy versátil, y nos sirve incluso para celebrar Halloween. Es lo que vamos a hacer con estos huesos de pan para Halloween, unos ricos panecillos con forma de hueso que son muy fáciles de hacer y quedan muy graciosos. A los peques les encantarán.

Para hacer estos huesos he utilizado una receta básica de pan para pretzel, como los que podéis ver en esta entrada de mi blog. Es una masa de pan enriquecida con algo de leche y miel, muy sencilla y manejable. Los podemos pintar con huevo, y quedan doraditos y con una corteza ligeramente crujiente.

Cuando preparo pan, para poder encajar bien todo el proceso dentro de mi programa diario con frecuencia preparo la masa a última hora de la tarde y la retardo toda la noche en el frigorífico. ¿Qué quiere decir esto de retardar la fermentación?

Cuando refrigeramos la masa de pan las levaduras actúan con mayor lentitud y dan tiempo a que se desarrollen sabores más complejos. Es decir, además de que pueda sernos más cómodo preparar el pan en dos días consecutivos, el pan gana en sabor con este retardado. Os aconsejo que lo probéis, a mí me resulta muy conveniente.

Huesos de pan para Halloween

Ingredientes

• 500 g de harina de fuerza
• 120 g de agua
• 150 g de leche entera
• 5 g de levadura de panadería liofilizada (o 15 g de levadura fresca)
• 5 g de miel
• 40 g de aceite de girasol
• 5 g de sal
• 1 huevo para pintar

Elaboración

• • Vamos a preparar esta masa con un prefermento, una porción de la masa que hacemos fermentar previamente, que en este caso hacemos con una pequeña parte de la harina y el agua de la receta, pero con toda la levadura. Esto permite usar menor cantidad de levadura y dar algo más de sabor al pan. Mezclamos 100 g de agua con 100 g de la harina y ponemos toda la levadura. Dejamos que fermente hasta que haya doblado y esté burbujeante.
  • Cuando esté bien esponjado el prefermento, añadimos todos los demás ingredientes (menos el huevo para pintar, claro) y mezclamos. Dejamos reposar 10 minutos.
  • Amasamos a mano o a máquina, como sea nuestra preferencia, hasta que se desarrolle razonablemente el gluten. A mí me gusta seguir la técnica de amasados y reposos de Dan Lepard. La masa en reposo se afina, aunque nosotros no hagamos nada, y nos ahorra una parte del esfuerzo de amasado. Así que yo amaso uno o dos minutos y entre medias dejo reposar 10-15 minutos. Lo hago tantas veces como sea necesario hasta que la masa esté bien fina y elástica, lo que dependiendo de los ingredientes puede necesitar de tres a cinco de estos amasados con reposo.
  • Una vez fina la masa la ponemos en un cuenco aceitado, la tapamos y la dejamos doblar de volumen.

• • Volcamos la masa doblada en la encimera ligeramente enharinada y la desgasamos apretando bien con las manos, para quitarle todo el aire posible. La dividimos en dos partes de igual peso, unos 400 g (es mejor pesarla si tenéis báscula), y hacemos un rollo con cada porción, cortándola en ocho trozos iguales (es decir, 16 trozos en total). No enharinamos la encimera para hacer los rolletes, porque al ser la masa un poco grasa se pega muy poco. Además, para formar los rollos es mejor que se adhiera ligeramente.
  • Hacemos rollitos con los trozos, de unos 20 cm de largo, y los dejamos reposar cinco minutos para que se relaje el gluten y no se nos retraigan.

• • Vamos poniendo los rollitos sobre papel de hornear y cortamos las puntas en dos con una tijera, como se ve en la foto, en una longitud de unos 5 cm. Enroscamos con cuidado sobre sí mismas las dos puntas, formando el extremo del hueso. Dejamos que los huesitos fermenten tapados con plástico o un paño húmedo, hasta que más o menos doblen el volumen.
  • Batimos el huevo si queremos pintarlos y los pincelamos con ayuda de una brocha. Yo dejé algunos espolvoreados con harina nada más, para darles un aspecto más espectral.

• • Cocemos los huesos en el horno precalentado a 230-235ºC sin aire (crecerán mejor), preferiblemente con calor arriba y abajo, 11-12 minutos. Cuando están hechos los sacamos a enfriar sobre rejilla.

Estos huesos de pan para Halloween son una buena oportunidad para iniciarse en el mundo del pan casero, además de resultar estupendos para dejar boquiabiertos a propios y extraños. Pues hala, ya tenéis deberes.

PrintFriendly