Pan de queso y ajo
Este pan de queso y ajo tiene una combinación de sabores que gusta a todo el mundo: queso, ajo y albahaca… insuperable, y perfecto para celebrar el Día Mundial del Pan. Lo montamos en rebanadas de masa, como si fuera un pull-apart bread salado y el resultado es contundente y sabrosísimo. Lo devoraréis.
¿Que no te gusta la albahaca? No hay problema, puedes cambiar las directrices de la receta fuente por cualquier otra hierba mediterránea que te guste y graduar la cantidad de ajo a tu gusto. También puedes usar un queso tan fuerte o tan suave como te apetezca. No digas que no te damos facilidades.
Para hacer este pan hemos usado un maravilloso molde antiadherente de Wilton al que no se pega el pan ni un poquito, sin haberlo engrasado ni nada, incluso con el queso que rezuma. Además de la magnífica harina panadera y material de panadería que tenemos en nuestra tienda.
Receta de pan de queso y ajo
Ingredientes (para un molde de 21 cm x 11,5 cm):
- 500 g de harina panadera blanca (o 450 g de panadera blanca y 50 g de panadera integral)
- 330 g de agua
- 8 g de sal
- 3 g de levadura de panadería liofilizada (o 9 g de levadura fresca)
- 25 g de aceite de oliva
- Un diente de ajo majado o un buen espolvoreo de ajo seco (sal de ajo)
- Unas hojas de albahaca
- 120 g de queso rallado grueso
Elaboración:
- Preparamos la masa de pan, pesando previamente todos los ingredientes en la báscula: ponemos en el bol de una amasadora la harina panadera blanca o panadera integral, el agua, la sal, la levadura de panadería y el aceite de oliva. Amasamos con la amasadora o a mano, en intervalos de 1 minuto separados por reposos de 10 minutos, hasta que la masa esté fina y elástica como se ve en la siguiente foto.
- Hacemos una bola con la masa, la pasamos a un recipiente engrasado y tapamos; dejamos que fermente hasta doblar el volumen. En este punto podemos fermentar en frío toda la noche en la nevera, si nos viene mejor, para hacer el pan al día siguiente.
- Cuando la masa haya doblado, enharinamos la mesa y la sacamos del recipiente rebañando bien con una rasqueta. Espolvoreamos de harina y la estiramos con un rodillo a un ancho aproximado de dos veces el molde de pan y un largo de unos 50 cm. Vamos a hacer una pila de rebanadas como en el pull-apart bread, que colocaremos de lado en el molde.
- Espolvoreamos la masa con la sal de ajo o majamos un diente de ajo y lo untamos por la superficie (el primer método es más fácil, porque la masa es muy suave y blandita con la harina panadera), ponemos unas cuantas hojas de albahaca y cubrimos con el queso rallado.
- Con un cuchillo o un cortador de pizza cortamos por la mitad a lo largo y luego en 6 o 7 partes a lo ancho. Vamos recogiendo las porciones rectangulares de masa obtenidas sobre la rasqueta.
- Ponemos las pilas de porciones de masa de lado dentro del molde sin engrasar (no es necesario); yo lo hice en dos tandas para facilitar. Espolvoreamos un poco de harina, tapamos con un plástico y dejamos fermentar de nuevo; no hace falta que llegue a doblar porque cuando la masa está troceada crece menos que un pan entero.
- Antes de que la masa esté crecida del todo, vamos calentando el horno a 210ºC para que esté en su punto cuando la masa también lo esté. Cocemos el pan de queso y ajo 10 minutos a 210ºC sin aire; bajamos la temperatura a 175ºC y proseguimos la cocción otros 20-25 minutos, hasta que esté bien dorado. Dejamos enfriar en el molde.
Sí, este pan de queso y ajo hecho con cariño y esmero es exactamente tan esponjoso como aparenta en la foto. Y con un aroma y sabor delicioso, fantástico con cualquier ágape otoñal porque se pueden ir despegando las rebanadas muy cómodamente.
