Hoy os traemos la receta de apple pie, esa tarta de manzana que estamos hartos de ver en las películas norteamericanas. Es muy fácil de hacer y, como cualquier postre con manzana, ¡está deliciosa!

Esta apple pie no deja de ser una especie de empanada o pastelón: un envoltorio de masa quebrada u hojaldre con un relleno de poco más que manzana cortada y azúcar. Aunque tiene algún intríngulis para que quede bien que os vamos a explicar…

La receta es la que uso habitualmente (en mi blog) con una masa quebrada con huevo, aunque igualmente se puede usar un hojaldre rápido. Para hacer la tarta hemos usado una preciosa fuente azul de Greengate que nos lucirá mucho puesto que este tipo de tarta se sirve en la fuente, no se desmolda porque es bastante frágil.

Apple pie

Ingredientes (para molde de 26 cm):

Masa quebrada

• 310 g de harina de repostería
• Cuatro cdas. de azúcar
• 1/4 cdta. de sal
• 200 g de mantequilla fría cortada en cubos
• Un huevo grande
• O un par de láminas de masa quebrada comprada

Relleno y acabado

• 1 1/2 kg de manzanas de vuestra variedad favorita
• Dos limones
• Seis cdas. de azúcar
• Algo de canela molida
• Un huevo batido para pintar

Elaboración:

Masa quebrada

• Si hacemos la masa quebrada casera la prepararemos antes de nada porque tiene que reposar por lo menos dos horas en la nevera para que el gluten se relaje perfectamente.
• En un bol ponemos la harina de repostería tamizada junto con la mantequilla fría y mezclamos con los dedos hasta conseguir una mezcla arenosa.
• Añadimos el resto de ingredientes, el azúcar, el huevo y una pizca de sal. Continuamos trabajando la masa con los dedos, pero evitaremos trabajarla en exceso, solo hasta que quede todo ligado. Hacemos una torta con ella, la envolvemos en plástico y la metemos en la nevera dos horas.

Relleno y montaje

• Pelamos con un pelaverduras, descorazonamos y cortamos las manzanas en gajos, y las rociamos con abundante zumo de limón para que no se ennegrezcan mucho.
• El volumen de las manzanas se reduce mucho al cocinarse; si no las cocinamos parcialmente o reducimos antes de meterlas en la masa el resultado será que la masa de la tapa (que se cocina enseguida) mantendrá la forma de las manzanas sin cocinar, mientras las manzanas que están dentro se reducen. Esto provoca que quede un feo hueco entre la masa y las manzanas. Para resolver este problema hay dos opciones:
  • Poner a macerar las manzanas con el azúcar en un colador encima de un bol para recoger el jugo, por lo menos hora y media. De esta manera las manzanas pierden agua, pero sin cocinarse.
  • Cocinar parcialmente las manzanas, hasta que empiezan a ablandarse, en el microondas, descartando el jugo que sueltan.
• Sea cual sea el método que elijamos, dejamos cocinar o reposar las manzanas mientras trabajamos la masa.
• Engrasamos y enharinamos la fuente elegida. Reservamos.

• Sacamos la masa de la nevera y dejamos que se temple un poco para poderla manejar sin romperla. La dividimos en dos partes, una un poco mayor que la otra. Reservamos la mitad más pequeña, bien tapada.
• Estiramos la masa para la base en la encimera bien enharinada, con un rodillo, hasta el tamaño de la fuente más un pequeño margen de sobra para cerrar. La pasamos a la fuente y la asentamos con cuidado de no rasgarla, porque es delicada. Pinchamos la base con un tenedor para que no se levante al hornear.

• Ponemos las manzanas, ya maceradas o precocinadas, y espolvoreamos el azúcar en este último caso, y también algo de canela. Con un pincel pintamos con agua el borde de la masa de la base.
• Estiramos la tapa con el rodillo hasta el tamaño necesario y la ponemos encima para cerrar la tarta. Apretamos el borde de la masa para que se pegue con la masa inferior.

• Cortamos el sobrante de la masa y cerramos todo el borde presionando con un tenedor, como si fuera una empanadilla. Con un cuchillo o tijeras hacemos alguna abertura en la tapa para que salga el vapor en la cocción.
• Batimos el huevo en un bol y pintamos la tarta; cocemos la tarta 35-40 minutos en el horno a 180ºC. Sacamos y dejamos enfriar en el molde.

Lo que me gusta de las tartas de fruta, como esta apple pie tan preciosa, es que al llevar tanta fruta te dan menos cargo de conciencia, y además puedes reducir bastante el azúcar. De hecho la masa quebrada se puede hacer sin azúcar y si usamos manzanas dulces el azúcar adicional es escasito. En definitiva, una tarta perfecta para disfrutar sin remordimientos.

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