Receta de albóndigas de carne caseras
Tengo muy buenos recuerdos de esta receta. Recuerdo con muchísimo cariño cantidad de platos que eran habituales en mi casa cuando era pequeña. Las albóndigas de carne eran una de esas comidas que me alegraban el día cuando volvía hambrienta del cole. En mi casa se servían con patatas fritas. ¡Espectaculares!
Tengo que reconocer que esta que os presento hoy no es la receta de albóndigas de mi madre. Esta tiene reminiscencias italianas, como os podéis imaginar viniendo de mí… En realidad, la receta de las albóndigas puede cambiar de casa a casa, de familia a familia. Esta receta que tanto me gusta tiene un toque emiliano, es decir, de Emilia-Romaña, que es muy conocida por su pasta, por el vinagre balsámico y, no menos importante, por la carne de cerdo y sus embutidos. De ahí, la mortadela bologna que es un importante ingrediente de este plato.
Las albóndigas son un plato buenísimo pero su aspecto suele ser bastante ordinario. Para que luzcan bonitas en el plato a mí me gusta presentarlas así: paso la salsa de tomate por el pasapurés para hacerla más fina, decoro con rebanaditas de pan y añado, como toque final, unos germinados. ¡Verás qué éxito!
Albóndigas de carne caseras
Ingredientes para 6-8 personas:
- 500 g de carne picada (mitad ternera, mitad cerdo)
- 50 g de jamón serrano
- 100 g de mortadela
- 50 g de queso parmesano rallado (o un buen manchego curado)
- 50 g de pan rallado
- 2 huevos
- Perejil fresco picado
- Sal y pimienta negra recién molida
- Aceite de girasol para freír
- 800 g de tomate triturado
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla pequeña
- Aceite de oliva
- 1 pizca de azúcar
- 1 trozo de guindilla (opcional)
Elaboración:
- Empezamos cortando muy fino el jamón y la mortadela. Ponemos la carne en un bol y añadimos estos dos ingredientes.
- Vamos incorporando el resto de los ingredientes: los huevos, el pan rallado…
- El queso (mejor si lo rallamos al momento), sal, pimienta y abundante perejil fresco picado. Mezclamos todo con las manos, bien limpias y secas, hasta que los ingredientes queden completamente incorporados.
- Podemos formar las albóndigas con las manos (el tamaño ideal es el de una pelota de golf) o con la pinza para albóndigas.
- En una sartén ponemos abundante aceite de girasol y freímos las albóndigas por ambos lados. El tiempo de cocción puede variar dependiendo del tamaño de las bolitas, pero normalmente tardan unos 8-10 minutos. Lo mejor es abrir una para ver si están bien cocidas por dentro. El aceite no debe estar frío, ya se absorberían demasiado, ni demasiado caliente, porque se oscurecerían rápidamente por fuera quedando crudas por dentro. Conforme las vamos friendo, las sacamos del aceite con una espumadera y las dejamos escurrir en un plato con papel de cocina.
- Preparamos la salsa: cortamos la cebolla muy fina y la ponemos en una olla con un par de cucharadas de aceite. Añadimos los dientes de ajo pelados y dejamos que el aceite tome sabor. Incorporamos el tomate triturado, salpimentamos. Si el tomate resulta muy ácido podemos añadir una pizca de azúcar o una cucharadita de vinagre de vino blanco. Removemos, bajamos la lumbre y dejamos cocer durante 15-20 minutos. Podemos añadir un poco de guindilla fresca o seca al gusto.
- Una vez que la salsa esté lista añadimos las albóndigas y las dejamos cocer unos 10 minutos a fuego lento, tapadas, para que tomen sabor. Podemos servir las albóndigas así o pasando la salsa de tomate con el pasapurés o la batidora, quedará más delicada. En este último caso, eliminaremos los dientes de ajo antes de pasar la salsa. Podemos añadir también algunas hojas de albahaca fresca al gusto.
Las albóndigas de carne, como las de pescado, admiten gran cantidad de variaciones: prueba a añadir a la masa tus hierbas preferidas (eneldo, tomillo, perifollo, etc), otros quesos o frutos secos como pistachos o piñones picados. Si prefieres quitar alguna que otra caloría a esta receta, prueba a cocer las albóndigas en el horno en vez de freirlas. ¡Verás que salen igual de ricas!