Pan de muerto de chocolate
Hoy os traemos una receta de pan de muerto de chocolate, porque un año más repetimos la conmemoración de los Fieles Difuntos y Halloween. La receta clásica de pan de muerto, originaria de México se hace sin cacao en polvo, pero hay muchas versiones modernas y nos hemos atrevido con esta.
La receta base, con ciertos cambios, es de Yuri de Gortari, director de la «Escuela de Gastronomía Mexicana» y coautor de varios libros gastronómicos. Una receta sencilla para la que vais a necesitar sobre todo harina de gran fuerza, levadura fresca, cacao en polvo, y extracto de vainilla.
Primero hemos hecho una esponja o fermento que hemos dejado fermentar un poco antes de hacer la masa final. Luego hemos elaborado una masa enriquecida con huevo, azúcar y mantequilla. Estamos seguros de que os va a encantar esta versión, sobre todo si la servís sobre el stand de cerámica negro acompañado del paño de rayas, todo de Miss Étoile… ¡Probadla y nos contáis qué os ha parecido la receta!
Pan de muerto de chocolate
Ingredientes:
Para la esponja:
- 40 g de harina de gran fuerza
- 10 g de levadura fresca
- 50 ml de leche tibia
- 10 g de azúcar
Para el pan de muerto de chocolate:
- 215 g de harina de gran fuerza
- 20 g de cacao en polvo
- 65 g de azúcar
- 3 g de sal
- Un huevo
- Ralladura de una naranja
- Una cucharadita de extracto de vainilla
- 50 ml de leche tibia
- 45 g de mantequilla
Para decorar:
- 4 cucharadas de mantequilla fundida
- 4 cucharadas de azúcar
- Una cucharada de canela en polvo
- 45 g de chocolate fundido
Elaboración:
Para la espoja:
- Desleímos la levadura en la leche tibia en un vaso y mezclamos la harina con el azúcar en un cuenco pequeño.
- Añadimos la leche con levadura, mezclamos y tapamos con un paño. Dejamos que fermente una hora aproximadamente.
Para el pan de muerto de chocolate:
- Echamos la harina en un cuenco, previamente tamizada con el cacao en polvo, añadimos la mitad del azúcar, la sal, el huevo batido, la ralladura de naranja, el extracto de vainilla y la leche tibia. Mezclamos para unir. Quedará una especie de pan rallado un poco apelotonado.
- Añadimos la mantequilla y continuamos trabajando hasta que se incorpore completamente a la masa. Echamos el resto del azúcar y trabajamos la masa.
- La pasamos a la mesa de trabajo, la extendemos un poco y echamos la esponja. Trabajamos a mano con ayuda de una rasqueta o en un robot de cocina a velocidad media.
- Requerirá un poco más de tiempo y trabajo de lo usual. La masa estará cuando se levante y pase la prueba de la membrana.
- Formamos una bola, untamos un cuenco con aceite y metemos la masa. Tapamos con un paño y dejamos fermentar aproximadamente dos horas o tapamos con papel film, y refrigeramos toda la noche.
- Una vez fermentada, o al día siguiente, pasamos la masa a la mesa de trabajo, separamos 100 g con un cortador y los reservamos. Formamos una bola con lo que sobra de masa, la colocamos sobre una bandeja de horno untada con aceite o cubierta con papel de horno, o con una hoja de silicona y la aplanamos un poco con la palma de una mano.
- Para hacer el cráneo (o cabeza) del muerto, formamos una pequeña bola (30 g) con la masa que habíamos reservado. El resto (70 g) lo dividimos en dos, y cada pieza la estiramos con una palma de la mano, con los dedos abiertos para formar las canillas o lágrimas.
- Colocamos las canillas cruzadas sobre el pan, hundimos la unión con un dedo y ponemos encima la pequeña bola o cráneo. Dejamos fermentar otra vez hasta que casi haya duplicado su volumen.
- Media hora antes de hornear nuestro pan de muerto calentamos el horno a 200º C. Bajamos la temperatura del horno a 180º C. y horneamos el pan durante 30 minutos, o hasta que esté hecho.
- Retiramos del horno y cuando aún esté caliente el pan lo decoramos: lo pincelamos con mantequilla fundida, mezclamos el azúcar y la canela en polvo en un cuenco, y rociamos toda la superficie. Le damos la vuelta al pan sobre el cuenco con cuidado para que se caiga el exceso de azúcar y canela.
- Dejamos templar sobre una rejilla antes de terminar la decoración.
- Para finalizar, le echamos un buen chorretón de chocolate negro fundido sobre el cráneo.
Este delicioso pan de muerto de chocolate lo podemos acompañar con una rica taza de leche caliente, pero, si sois chocoadictos, estamos seguros que un buen chocolate caliente a la taza será vuestra perdición… ¡Que lo disfrutéis!
