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Bizcocho bigote para el Día del Padre


Bizcocho bigote para el Día del Padre

Este bizcocho bigote para el Día del Padre es tan gracioso como jugoso y aromático, un dulce perfecto para esta celebración. El yogur o el buttermilk, da igual lo que usemos, lo hace muy tierno y jugoso. Para no meternos en berenjenales hemos encontrado un atributo, el bigote, que solo pertenece a los hombres… ¿o no?

Os preguntáis, ¿cómo se hace el interior bigotudo? Según la receta que hemos seguido, muy fácil, hacemos un bizcocho de chocolate plano del que cortamos porciones con un cortador de bigote, ponemos todas las porciones en fila unas pegadas a las otras y las metemos así en la masa de vainilla. En las fotos más adelante lo veréis claramente.

Como no podía ser de otra manera, el gracioso cortador de bigote, al igual que el molde de cake rectangular, los encontráis en nuestra tienda. Sin olvidarnos del cacao en polvo para el bizcocho de chocolate y la vainilla para el bizcocho blanco de vainilla. Ah, y rejilla y termómetro de horno para que los bizcochos salgan perfectos. Que sí.

Receta de bizcocho para el Día del Padre

Ingredientes (para un bizcocho rectangular de 25 cm):

Bizcocho de chocolate

Bizcocho de vainilla

Elaboración:

Bizcocho de chocolate

  • Calentamos el horno a 180ºC y pesamos todos los ingredientes en la báscula.
  • En un bol pasamos la harina de repostería por un tamiz junto con la levadura química. Reservamos.
  • En el bol de un robot ponemos la mantequilla blanda con el azúcar y batimos hasta formar una crema, pero sin esponjar. Añadimos el huevo y homogeneizamos. Agregamos la harina alternándola con el yogur o buttermilk, hasta obtener una masa homogénea. Añadimos entonces el cacao y volvemos a homogeneizar.

receta bizcocho bigote dia padre

  • Preparamos un molde cuadrado engrasándolo o forrándolo con papel de hornear y vertemos la masa. Cocemos en el horno unos 15 minutos.
  • Cuando el bizcocho de chocolate esté cocido, sacamos el molde y reposamos cinco minutos. Desmoldamos y dejamos enfriar.
  • Con el cortador de bigote cortamos bigotes en todo el bizcocho hasta tener suficientes para formar el centro del bizcocho de vainilla. Los colocamos unos junto a otros dentro del mismo molde que usaremos luego, forrado de plástico, los envolvemos y metemos el conjunto en el congelador por lo menos cuatro horas.

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Bizcocho de vainilla

  • Cuando vayamos a preparar el bizcocho completo, calentamos el horno a 180ºC y pesamos todos los ingredientes del bizcocho de vainilla en la báscula.
  • En un bol pasamos la harina de repostería por un tamiz junto con la levadura química. Añadimos la sal y reservamos.
  • En el bol de un robot ponemos la mantequilla blanda con el azúcar y batimos hasta formar una crema, pero sin esponjar. Añadimos los dos huevos y el extracto de vainilla y homogeneizamos. Agregamos la harina alternándola con el yogur o buttermilk, hasta obtener una masa homogénea.
  • Preparamos el molde rectangular engrasándolo o forrándolo con papel de hornear y vertemos como 1 cm de la masa en el fondo; alisamos con la espátula.

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  • Sacamos el bizcocho de chocolate del congelador, quitamos el plástico que lo envuelve y lo colocamos encima de la masa de vainilla. Asentamos un poco para que no queden huecos con el fondo.
  • Cubrimos con el resto de la masa de vainilla y alisamos la superficie.

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  • Cocemos el bizcocho en el horno por lo menos 40 minutos; hay que tener en cuenta que el centro del bizcocho está frío y necesita algo más de tiempo que si no tuviera el bizcocho de chocolate congelado para calentarse por completo y cocer las zonas del interior que quedan junto a él.
  • Cuando esté bien dorado, lo sacamos, extraemos del molde y dejamos enfriar sobre rejilla.

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Con este bizcocho bigote para el día del Padre ya tenéis un regalo estupendo más allá de unas corbatas o un taladro… ejem. Y ya veréis qué cara pone el papá cuando cortéis el bizcocho y aparezca el interior.

Miriam

Traductora de inglés a español y química durante 15 años en una vida anterior. Vivo en un pueblecito cerca de Madrid, Galapagar, y trabajo en casa; soy una gran afortunada. Tengo pareja y dos niños con poca sensibilidad gastronómica. De momento. Pero por lo que estoy aquí es por mi afición a la cocina en general y a la repostería en particular, que me viene de familia, de mi madre y de mi abuela paterna. Y esta afición me ha llevado, además de a tener un blog de cocina con el que me lo paso pera, El invitado de invierno, a impartir algún que otro curso de cocina en la escuela de Madrid La Cocina de Babette.