Bollos de Santa Lucía
Estos bollos de Santa Lucía se han empezado a hacer conocidos en nuestro país desde que seguimos a blogueros escandinavos, ejem. Es lo que tiene la globalización. Se trata de unos bollitos tradicionalmente aromatizados con azafrán, que les da su característico tono amarillo.
Pero, ¿de dónde salen los bollos de marras? Pues en Suecia el 13 de diciembre, día de Santa Lucía, es una celebración muy especial; en él es tradicional preparar estos bollos y regalarlos. No se sabe a ciencia cierta cómo se hizo tan popular esta santa de la luz en Suecia, pero en la actualidad este día se organizan en todo el país procesiones de chicas y chicos, donde una chica que encarna a la santa desfila abriendo la procesión con una corona de velas en la cabeza y seguida por jóvenes que portan velas. Entre otros jolgorios.
Estos bollitos se hacen con una masa de bollería ligera (similar a la de unos suizos), bastante fácil de manejar y se suelen moldear en formato pequeño. Aunque el diseño más popular es la S, también se les pueden dar otras formas a estos lussekatter (gatos de Lucía) o lussebullar (bolas de Lucía); en este blog tenéis ejemplos. La receta que hemos usado procede del excelente Postres y otras dulcerías de Uno de dos, que podéis encontrar en nuestra tienda.
Bollos de Santa Lucía
Ingredientes:
Masa
- 320 g de leche entera
- 15 hebras de azafrán (un pellizco)
- 8 g de levadura de panadero seca (15 g de levadura fresca)
- 500 g de harina de fuerza
- 50 g de mantequilla
- Cuatro vainas de cardamomo
- 80 g de azúcar
- Un pellizco de sal
- Un huevo M
Acabado
- Huevo para pintar
- Cerezas o pasas para adorno
Elaboración:
- Ponemos la leche en un cazo con las hebras de azafrán y la llevamos a ebullición. Apagamos el fuego, tapamos y dejamos que se enfríe para que se aromatice bien con el azafrán. Añadimos la mantequilla para que se derrita y reservamos.
- Abrimos las vainas de cardamomo y en un mortero majamos ligeramente las semillas que llevan dentro.
- En un bol ponemos la harina de fuerza, la levadura de panadero, el cardamomo, el azúcar y la sal. Mezclamos con varillas. Agregamos la leche aromatizada y el huevo.
- Amasamos a mano o con robot amasador en intervalos de 1-2 minutos con reposos intermedios de 10 minutos, hasta obtener una masa fina y elástica.
- Hacemos una bola con la masa y la pasamos a un recipiente engrasado. Tapamos y dejamos doblar el volumen.
- Cuando haya doblado la pesamos en una báscula y dividimos el peso por seis; obtendremos bollitos de unos 90 gramos.
- Dividimos la masa con una rasqueta y vamos pesando las porciones. Las aplastamos y las preformamos como un rollito. Los ponemos sobre la encimera enharinada, los tapamos y dejamos reposar 5 minutos para que la masa se relaje y cueste menos manejarla.
- Una vez reposados, vamos tomando los rollitos y enrollándolos de forma más apretada, sellando bien la unión. Volvemos a dejar reposar.
- Tomamos cada rollo y lo estiramos haciendo un rollo largo, de unos 35 cm.
- Colocamos cada rollo en forma de S en una bandeja de horno forrada de papel de hornear, tal como se ve en la foto inferior.
Acabado
- Batimos el huevo y pintamos los bollos una vez con un pincel de silicona. Esperamos 10 minutos y los pintamos una segunda vez. Dejamos fermentar y cuando les quede poco para estar fermentados colocamos una cereza o una pasa en el centro de cada espiral.
- Cuando los bollos hayan doblado el volumen los cocemos en el horno a 190ºC, unos 15-20 minutos, hasta que estén bien doraditos. Los sacamos a enfriar a una rejilla.
Estos bollos de Santa Lucía tienen un sabor ligero a azafrán, pero perfectamente reconocible. Hemos preferido ser discretos con el azafrán, pero si queréis un color amarillo más subido no tenéis más que aumentar la cantidad. Y no olvidéis comer estos bollos a la luz de las velas…