Nos marcamos una striped cake con calabazas para Halloween, inspirada en esta, porque nosotras podemos. Ya aprendimos a hacer este tipo de layer cakes con rayas de colores en esta receta, de modo que ahora no tenemos más que añadir las calabacitas. Es perfecta si quieres variar un poco de los colores negros y naranjas de Halloween, y de las calaveras, arañas y demás.

Para las capas de bizcocho hemos usado un jugoso bizcocho de calabaza de la misma autora, que es facilísimo de preparar porque no lleva ningún ingrediente batido ni montado, y para el relleno y cobertura ponemos un buttercream  sencillo. La combinación del rayado con las calabacitas queda muy elegante, también por la buena elección de los colores, que conseguimos con colorantes de nuestra tienda. Una tarta que os garantizará el éxito en las próximas fiestas de Halloween, para la que tenéis además todo tipo de complementos en nuestra tienda.

Como os recordamos siempre con este tipo de tartas, no podemos negar que resultan laboriosas, pero puedes aligerarte mucho la tarea si divides la elaboración en varios días: los bizcochos los puedes hacer con antelación y tenerlos incluso congelados, siempre bien envueltos en plástico. Puedes realizar el montaje y el acabado hasta la capa recogemigas la víspera, para hacer el adorno el mismo día que vas a servir la tarta.

Receta de striped cake para Halloween

Ingredientes (para 3 moldes de 18 cm):

Bizcocho de calabaza

• 350 g de azúcar
• 110 g de huevo
• 240 g de yogur de beber
• 280 g de puré de calabaza
• 110 g de aceite vegetal
• 325 g de harina de repostería
• Dos cdtas. de impulsor químico
• Dos cdtas. de bicarbonato sódico
• Una cdta. de sal
• Dos cdtas. de extracto de vainilla

Crema de mantequilla, buttercream

• 450 g de mantequilla ablandada
• 850 g de azúcar glas
• Dos cdtas. de extracto de vainilla
• 5-6 cdas. de leche a temperatura ambiente
• Una pizca de sal
• Colorante azul verdoso
• Colorante naranja
• Colorante verde
• Colorante marrón

Elaboración:

Bizcochos

• Calentamos el horno a a 175 ºC y pesamos todos los ingredientes en la báscula. Engrasamos tres moldes de bizcocho de 18 cm con spray antiadherente y forramos el fondo de cada molde con un círculo de papel de hornear. Reservamos.
• En un bol, mezclamos el azúcar, el huevo, el yogur de beber, el puré de calabaza, el aceite y el extracto de vainilla. En otro bol, pasamos la harina de repostería por un tamiz o colador con la levadura química, el bicarbonato sódico y la sal.

• Añadimos los ingredientes secos a los ingredientes húmedos y mezclamos con una espátula o con robot, sin pasarnos de batido.
• Dividimos la masa entre los tres moldes; podemos usar la báscula para que las porciones sean iguales.

• Metemos los moldes en el horno y horneamos los bizcochos unos 25 minutos en el tercio inferior del horno; probamos con una brocheta que estén cocidos en el centro y los sacamos.
• Desmoldamos invirtiendo los moldes sobre una rejilla; retiramos el papel y dejamos enfriar por completo. Podemos envolver en plástico los bizcochos fríos y reposarlos toda una noche porque cogen firmeza para manipularlos más cómodamente.

Relleno y cobertura de buttercream

• Pesamos todos los ingredientes en la báscula. Dejamos la mantequilla a temperatura ambiente para que se ablande o la cortamos en trozos y la pasamos por el microondas a máxima potencia de dos en dos segundos, con mucha precaución y vigilando en todo momento que no se derrita. Pasamos el azúcar glas por un tamiz o colador, y reservamos.
• Ponemos la mantequilla en un bol y la montamos hasta que esponje y blanquee, mejor con un robot con pala. Cuando empiece a blanquear, vamos añadiendo el azúcar glas tamizado cucharada a cucharada.

• Cuando la crema esté bien esponjosa, bajamos la velocidad y añadimos el extracto de vainilla, la leche y la sal, hasta obtener una crema suave y homogénea.

Montaje de la tarta

• Colocamos una base de cartón sobre un stand giratorio (si no usas un stand antideslizante como el nuestro, pondremos un pegote de crema para sujetar la base al stand), aplicamos otro pegote de crema en la base y colocamos el primer bizcocho bien centrado.

• Con una taza medidora o un dosificador de helado, ponemos 2-2,5 bolas de buttercream y extendemos el relleno con una espátula acodada sobre el bizcocho haciendo girar el stand. Colocamos encima el segundo bizcocho, lo nivelamos con una pala de pizza o portatartas y aplicamos la misma cantidad de buttercream que antes, para que ambas capas de relleno queden iguales.
• Cubrimos la parte superior y los laterales con una fina capa de buttercream para fijar las migas, la capa recogemigas.

• Aplicamos buttercream por los laterales de la tarta, con una espátula acodada, y alisamos con una rasqueta o scraper para tartas, retirando el sobrante y dejando el buttercream a ras de los bizcochos. Refrigeramos la tarta 20 minutos para que la crema se ponga firme.
• Una vez endurecida la capa inferior, para el acabado de rayas aplicamos una capa bastante gruesa de buttercream con la espátula por encima y por los laterales de la tarta. Alisamos la parte superior.

• A continuación, con mucho cuidado pasamos el scraper de decoración de rayas, cuidando siempre de que esté perfectamente vertical, alineado con la base de cartón, e inclinado 45° respecto a la superficie de la tarta; repasamos varias veces, limpiándolo bien entre pasadas, y siguiendo siempre las rayas, tantas veces como sea necesario para conseguir unas líneas nítidas.
• Cuando esté a nuestro gusto, metemos la tarta en la nevera unos 15 minutos para que el relieve adquiera un poco de firmeza.

• Mientras la tarta se refrigera, teñimos de azul verdoso 100 g del buttercream, mezclando colorante azul verdoso poco a poco hasta obtener el tono deseado. Pasamos la crema azul a una manga desechable con una boquilla de 6 mm (n.º 10 de Wilton).
• Recuperamos la tarta de la nevera y aplicamos la crema azul en los huecos de las rayas, con mucho cuidado y al tiempo que giramos la tarta.

• Una vez rellenas todas las rayas de crema azul, pasamos un rascador liso también con mucho cuidado, perfectamente recto, tal como se ve en la foto, apoyándonos en la base de cartón y muy oblicuo respecto a la tarta, limpiándolo siempre después de cada pasada, hasta que las rayas queden lisas a nuestro gusto. Devolvemos la tarta a la nevera otros 15-20 minutos para que la crema acabe de ponerse firme.
• Para el acabado de las calabazas, pasamos 200 g de la crema sin teñir a una manga pastelera desechable con boquilla 1M de Wilton. Pasamos a otro bol la misma cantidad de crema y la teñimos de naranja, mezclando colorante naranja hasta obtener el tono deseado. La pasamos a otra manga pastelera con la misma boquilla.

• Hacemos lo propio con el colorante marrón y el verde (para la crema verde reciclé la crema azul verdoso que me había sobrado de las rayas, añadiendo más colorante verde), pasándolas a sendas mangas con boquilla 2 de Wilton (1,5 mm).
• Formamos las calabazas con tres líneas de crema, dos para hacer el contorno redondo y otra para rellenar. Todas las calabazas se hacen así, unas más altas y otras más bajas, alternando los dos colores, crudo y naranja.

• Si sobra crema naranja, como me pasó a mí, se puede emplear en unos adornos hechos en la parte superior de la tarta con la misma boquilla 1M.
• Con la crema de color marrón, formamos los tallos de las calabazas, y con la crema verde formamos unos zarcillos en cada calabaza. Devolvemos la tarta a la nevera para que toda la crema adquiera firmeza hasta el momento de servirla.

Esta striped cake con calabazas para Halloween es una auténtica robaplanos, elegante y divertida para celebrar esta fiesta, que si además la sirves sobre un bonito stand de color crema, a juego con la tarta, con nuestras cucharitas doradas, nuestras tazas de cristal y nuestros platos el resultado dejará apabullados a propios y ajenos.

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