Esta tarta de queso, bizcocho y manzana, inspirada en esta, lo tiene todo: bizcocho jugoso de vainilla y mantequilla, similar al cuatro cuartos, tarta de queso sin horno, manzana caramelizada y chips de manzana de adorno. Preciosa y riquísima.

Esta tarta no tiene gran misterio, salvo que, como el relleno necesita refrigeración para que se ponga firme (firmeza que le aportamos al queso con gelatina neutra) y mantenga la forma, hemos montado el conjunto ayudándonos con una banda de acetato, que retiramos luego de que el relleno se haya asentado.

Al tratarse de un pastel desnudo, en el que el bizcocho está al aire, hay que consumirlo enseguida pues el bizcocho se puede resecar si no lo protegemos bien. Es una tarta elegante, sencilla y poco empalagosa, con el rico sabor otoñal de las manzanas caramelizadas.

Receta de tarta de queso y manzana

Ingredientes (para moldes de 20 cm):

Bizcocho sencillo

• 8 huevos M (unos 480 g sin cáscara)
• 100 g de leche
• 2 cdtas. de extracto de vainilla
• 400 g de harina de repostería
• 2 y 1/2 cdtas. de levadura química
• 1 pellizco de sal
• 400 g de azúcar corriente
• 450 g de mantequilla ablandada

Manzana caramelizada

• 2 manzanas
• 80 g de azúcar corriente
• Un poco de agua

Relleno de tarta de queso

• 400 g de queso crema
• 300 g de queso mascarpone
• 200 g de azúcar glas
• 5 g de gelatina neutra
• 70 ml de agua

Chips de manzana deshidratada

• 2-3 manzanas
• 100 g de azúcar
• 100 g de agua
• Zumo de limón

Elaboración:

Bizcocho sencillo

• Ponemos el horno a calentar a 180 ºC para que esté listo al acabar de preparar la masa del bizcocho. Pesamos todos los ingredientes en la báscula.
• En un bol, mezclamos los huevos con la leche y el extracto de vainilla.
• En el bol de una batidora, mezclamos con pala la harina de repostería con la levadura química, la sal y el azúcar. Añadimos la mantequilla en trozos y la mitad de los huevos.

• Aumentamos la velocidad y batimos durante un minuto. Rebañamos las paredes y agregamos el resto del huevo; volvemos a batir 30 segundos.
• Engrasamos dos moldes desmontables de 20 cm con spray antiadherente y forramos el fondo con un círculo a medida de papel de horno; vertemos la masa, dividiéndola entre los dos moldes a partes iguales (o usamos un único molde y hacemos un bizcocho alto). Alisamos la superficie con una espátula y cocemos los bizcochos en el horno 55-60 minutos, hasta que estén levados y dorados.

• Comprobamos que estén cocidos en el centro introduciendo una brocheta y los sacamos. Dejamos reposar 10 minutos, invertimos los moldes sobre una rejilla y los dejamos enfriar.

Relleno de queso y montaje

• Hidratamos la gelatina en algo de agua fría, remojándola dos minutos. En el bol de una batidora, ponemos ambos quesos con el azúcar y batimos hasta obtener una mezcla homogénea.
• Metemos la gelatina en el microondas 9-10 segundos a potencia máxima para que se licúe. Agregamos a la mezcla de quesos, poco a poco y batiendo, y homogeneizamos.

Manzana caramelizada

• Pelamos y descorazonamos la manzana; troceamos a nuestro gusto.
• Ponemos en una sartén el azúcar con una pizca de agua y calentamos a fuego vivo, hasta que empiece a caramelizar. Agregamos la manzana y cocinamos el conjunto un minuto, sin dejar de remover para que la manzana no se pegue mientras se va ablandando. Cuando esté a nuestro gusto (debe conservarse un poco firme aún, no debe deshacerse), retiramos a un plato y dejamos enfriar.
• Cuando la manzana esté fría, mezclamos con el relleno de queso.

Montaje de la tarta

• Para montar la tarta, recortamos la chepa de los bizcochos, si la tienen, con un cuchillo o una lira. Si queremos (a veces lo hacemos), podemos recortar el perímetro del bizcocho con un aro de repostería, si no ha quedado el lateral vertical del todo. En este caso hay que usar un aro ligeramente más pequeño que el molde del bizcocho.
• Colocamos el primer bizcocho sobre una base de cartón colocada a su vez sobre un stand giratorio. Cortamos una pieza de acetato de tamaño suficiente para rodear la tarta y de una altura que permita colocar las tres capas. Sujetamos el acetato con cinta adhesiva, bien apretadito alrededor del bizcocho de base.
• Vertemos el relleno y lo alisamos con la espátula; colocamos encima el segundo bizcocho con cuidado, apretando un poco,  y metemos el conjunto en la nevera para que la capa de queso se ponga firme, mejor toda una noche, con el bizcocho tapado por encima para que no se reseque.

Chips de manzana deshidratada

• En un cazo, ponemos el azúcar con el agua y llevamos a ebullición. Cocemos 5 minutos y dejamos enfriar.
• Descorazonamos las manzanas y rociamos el interior con zumo de limón. Dejando la piel, cortamos rodajas muy finas con un cuchillo o con una mandolina, en sentido transversal; las vamos bañando en el almíbar frío y las ponemos sobre bandejas forradas con papel de horno.

• Secamos las rodajas de manzana en el horno a 100 ºC durante tres horas o el tiempo necesario para que queden con una consistencia similar al cuero; también se puede usar un deshidratador.
• Cuando el relleno de queso esté firme, sacamos la tarta de la nevera y retiramos la banda de acetato con cuidado. Cogiendo la tarta con la base de cartón y mucho cuidado, la pasamos al stand de presentación. Espolvoreamos azúcar glas por encima y adornamos con los chips de manzana.

Fijaos qué corte tiene esta tarta de queso, bizcocho y manzana, que queda absolutamente señorial y finísima servida con nuestras tacitas de café, nuestros platos de colores pastel y nuestras cucharitas doradas. Un primor.

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