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Cuñas o triángulos de crema


Cuñas o triángulos de crema

Estas cuñas de crema y chocolate las conocéis muchos, ¿verdad? Cuando era jovenzuela las conocía como triángulos de chocolate y las que me habré comido… Montones. Pues como no son más que una masa de bollería rellena de crema pastelera y recubierta de chocolate, las hacemos en casa que saldrán mucho más ricas. No lo dudéis.

La masa del bollo es una masa fermentada enriquecida con leche y azúcar, lo que la hace tierna y jugosa. La preparamos con harina de fuerza de nuestra tienda, aunque si queremos que nos queden las cuñas más bajitas podemos usar un 30% de harina de repostería. Hemos aprovechado para la masa nuestra receta de bollos suizos.

Para bañar las cuñas tenemos toda la variedad de chocolates de cobertura que os pueda apetecer, no solo de chocolate negro que es lo tradicional para este dulce, sino también si queréis probar a hacerlas de chocolate con leche o incluso chocolate blanco… ¿os las imagináis? Como la preparación completa es un poco laboriosa podemos dividirla en dos días: preparamos el primer día la masa, la horneamos, y preparamos la crema pastelera para que pueda enfriarse y asentarse perfectamente. El segundo día no tenemos más que montar el tinglado y bañar con chocolate. A por ello.

Receta de cuñas de crema

Ingredientes (para 16 unidades):

Masa levada 

Crema pastelera

Cobertura de chocolate

Elaboración:

Masa

  • Ponemos en el bol de un robot amasador (o en un bol normal para amasar a mano) la harina de fuerza, la leche, los huevos, el azúcar, la sal y la levadura de panadería. Amasamos un par de minutos y añadimos el aceite de oliva.
  • Seguimos amasando hasta obtener una masa fina y elástica. Hacemos una bola, la ponemos en un recipiente engrasado, tapamos y dejamos que doble el volumen.

receta cunas crema

  • Cuando la masa haya fermentado, la sacamos a la mesa, aplastamos para quitar el gas y dividimos en dos partes iguales con una rasqueta. Hacemos sendas bolas con ellas y aplanamos con un rodillo, hasta formar dos tortas planas de no más de 2 cm de alto. Tapamos con un plástico y dejamos levar por segunda vez.
  • Cuando las masas vayan a estar listas, calentamos el horno a 180ºC. Cocemos las dos tortas 20-25 minutos, hasta que estén bien doradas. Sacamos a una rejilla a enfriar.

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Crema pastelera

  • Ponemos en un cazo la leche fría; añadimos el almidón de maíz y removemos para que se hidrate. Agregamos las yemas de huevo y el azúcar.
  • Calentamos a fuego bajo, sin dejar de remover con unas varillas, hasta que espese y hierva unos segundos. Agregamos el extracto de vainilla, mezclamos, tapamos con un plástico a piel y dejamos enfriar por completo, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera para que se asiente.

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Montaje de las cuñas

  • Cuando la crema pastelera esté bien fría y dura, dividimos las tortas de masa por la mitad para rellenarlas, abriéndolas con un cuchillo. Aplicamos la mitad de la crema a cada torta con una espátula acodada. Colocamos la parte superior para hacer el sándwich.
  • Una vez rellenas, cortamos cada torta en ocho triángulos iguales y los colocamos encima de una rejilla para bañar.

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  • Pesamos unos 750 g del chocolate en la báscula y lo troceamos en un bol. Lo derretimos al baño maría o en el microondas. Añadimos la mantequilla, la manteca de cacao y el chocolate restante. Cuando esté todo derretido, vertemos la cobertura sobre los triángulos, ayudándonos con una cuchara o espátula para bañar bien los laterales y extender la cobertura.
  • Dejamos solidificar el chocolate en un sitio fresco o en la nevera (si nos caben las cuñas). Cuando esté solidificada la cobertura, derretimos el chocolate blanco al baño maría o en microondas, lo pasamos a un biberón y hacemos rayas sobre las cuñas.

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La combinación de sabores de estas cuñas de crema es un clásico que no pasa de moda porque siempre funciona. Porque una excelente masa de bollería con chocolate y una buena crema pastelera casera es éxito seguro, las probáis y nos contáis.

Miriam

Traductora de inglés a español y química durante 15 años en una vida anterior. Vivo en un pueblecito cerca de Madrid, Galapagar, y trabajo en casa; soy una gran afortunada. Tengo pareja y dos niños con poca sensibilidad gastronómica. De momento. Pero por lo que estoy aquí es por mi afición a la cocina en general y a la repostería en particular, que me viene de familia, de mi madre y de mi abuela paterna. Y esta afición me ha llevado, además de a tener un blog de cocina con el que me lo paso pera, El invitado de invierno, a impartir algún que otro curso de cocina en la escuela de Madrid La Cocina de Babette.